El Clio Mío es el modelo más accesible de Renault dentro del Mercosur y la próxima prueba en Autoblog . |
1990 marcó el nacimiento del Clio, para tomar el lugar que el Renault 5 había construido en base a su simplicidad de líneas, un equipamiento franciscano y una solución de movilidad para muchos que buscaban un vehículo de primera motorización.
Sin embargo, en sus inicios el Clio no llevaba los mismos atributos que el modelo al que reemplazaba. Este producto contaba con más tecnología y seguridad, así como también más espacio interior. Esta primera evolución, significó un quiebre para Renault, siendo el encargado de recuperar la baja en ventas que la compañía sufrió en la mitad de los años ochenta, así como también el cambio generacional de un modelo como el 5, que no solo había traído éxitos comerciales, sino también deportivos. Es decir, era un auto muy popular, no solo en ventas, también entre los fanáticos del rally mundial.
Este Clio Fase I también significó el nacimiento de uno de los hot hatchbacks más deseables de su época, el Williams, que en pleno auge de éxitos en la Fórmula 1 de Giles Villenueve con la escudería del mismo nombre, hacía que varios soñaran con ese pequeño auto de 150 cv, pintado de azul y dorado. Un modelo muy popular en el ideario tuerca, y figurita repetida en los posters que adornaban los cuartos de muchos petrolheads.
La segunda generación del Clio se lanzó en 1998 en Europa, y a comienzos del 2000 en el Mercosur, con dos orígenes: Brasil primero, y después Argentina. En el inicio de las ventas, llevaba unas mecánicas ocho válvulas de 90 cv, que luego dieron paso al K4M 1.6 16v de 110 cv, siendo en su época de los más potentes del segmento, y el único con doble airbag de serie en toda la gama, un gran avance por entonces. A fines de los noventa, el Clio era uno de los cinco modelos más vendidos del Mercosur. O sea, era muy popular.
Por aquellos días, el Clio que teníamos los sudamericanos era casi el mismo que circulaba en Europa, en calidad y mecánicas. Pero esto tuvo su fin en el año 2005 entró en el viejo continente la tercera evolución del Clio, un modelo que nunca llegó, ni importado ni fabricado en la región, por una cuestión de costos elevados de producción. De aquí en más, la realidad local del modelo comenzaba a tomar un giro.
Desaparecido el Twingo, el Clio volvió a transformarse en el integrante más pequeño de la familia Renault, y eso se comenzó a sentir con la aparición de la mecánica 1.2 D4F con doble árbol de levas, 16 válvulas y 75 cv, haciendo que el modelo pasara a ocupar el primer escalón del segmento B, para competir con los citycars, mientras que ese lugar que solía ocupar el Clio, fue cedido al Sandero.
La situación del Clio II en la región, significaba cambiar su posicionamiento comercial para que volviera a ser competitivo en el segmento B. El objetivo de Renault Mercosur fue desarrollar un producto de bajo costo, para atacar a los clásicos modelos entrada de gama regionale, como ser, Chevrolet Celta, Ford Ka, o el veterano Fiat Uno. Es decir, los modelos conocidos por el anglicismo "low-cost", o como se le toda la vida se le llamó en español, los "populares".
Es así que en el pasado Salón de San Pablo 2012, vio la luz el Clio Mío, un producto que pasó por un ligero rediseño para acercarlo a la nueva imagen global de la marca, además de contar con un precio más accesible. Sin embargo, la búsqueda por recuperar la popularidad comercial, llevó a que la marca tuviera que hacer algunas concesiones. Se redujo el equipamiento de confort, la calidad de algunos plásticos, y por sobre todas las cosas, el nivel de seguridad disponible. De todas formas, no solo será responsabilidad de la marca volver a posicionar al Clio como un auto popular con esta estrategia, sino también de los consumidores. La prueba completa, la semana que viene.