La cámara de AutoblogUY en Autoclásica III: Americanos

martes, 16 de octubre de 2012



Trío de Mustangs en el stand dedicado exclusivamente a los vehículos norteamericanos.
Facundo ya nos mostró la primera mitad de las imágenes que les trajimos desde Autoclásica 2012. Ahora es mi turno de presentarles la otra parte. Hoy será acerca de los autos americanos. Carrocerías gigantes, mucho cromo y los clásicos sonidos roncos de V8, después del salto.

La semana pasada compartimos con ustedes las primeras dos partes de nuestro fotoreportaje en Autoclásica 2012, mostrándoles los mejores autos de marcas europeas e italianas expuestos en los Jardines del Hipódromo de San Isidro.

Hoy, en algo más de cincuenta fotos, será el turno de ver lo que expusieron las marcas norteamericanas, encabezadas por las tres grandes de Detroit, Ford, Chevrolet y Chrysler. De la primera se pudieron ver varios modelos de Mustang, más que nada, aunque también se hicieron presentes varias unidades de Ford T, todas en impecable estado de conservación.


Dentro de lo que expuso Chevrolet, hubo varias cupecitas de los años cuarenta, así como también algunos Camaro, menos que los Mustang, algunos Corvette, y las clásicas chatas, como le dicen a las pick-ups en la vecina orilla. Chrysler tuvo algunos muscle cars, como Challenger o Barracuda, pero poca cosa más.


Después, Cadillac tuvo un espacio reservado lejos de la carpa de los americanos, dedicado a celebrar el 110° aniversario de la marca. Ubicado en el cantero central de la entrada principal de la muestra, se expusieron modelos tan exclusivos como el 4 door Touring 7 passenger que ven en las imágenes, con un interior impecablemente restaurado, o el coupé convertible presidencial de Juan Domingo Perón.


El elegido

Dentro de todo lo que se expuso en la categoría de esta nota, personalmente destaco al Ford T 1912 preparado como camión de bomberos. Sí, podría haber elegido al Corvette y su carrocería de fibra de vidrio, por ser un auto y este ser un sitio de autos, pero me quedo con esta simpática autobomba, por varios motivos.


El primero, casi como si fuera un niño, me acerqué por el brillante detalle de sus piezas de bronce, como ser la pala, el hacha o la bellísima escalera en madera que bien podría formar parte de una biblioteca universitaria. 

No solo terminaban los detalles ahí, contaba con un botiquín de cuero del cuartel de New Orleans, los cascos y sombreros de bomberos, también, detallados al extremo, y una tapicería digna de una poltrona. Lo mejor de todo, funcionaba mecánicamente hablando, y regulaba como un reloj suizo. 


El otro detalle curioso de este modelo, es que en el mismo lugar, se exponía otro Ford T, pero de carreras, que el sábado de tarde, durante una exhibición de la puesta en marcha, tomó fuego, aunque sin pasar a daños mayores y solo quedando en el susto. Al lado, estaba el T de bomberos, que como testigo pasivo observaba la nube de polvo extintor y a los dueños del Ford siniestrado, como sacaban del motor con un destornillador con una paciencia franciscana. (ver nota)

Galería: Autoclásica III - Americanos