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| Evaluamos en Europa al Porsche 911 991.2 en su versión más extraña: Targa 4 GTS con transmisión manual de séptima. |
Landsberg am Lech, Alemania - 2 horas de barco hasta Buenos Aires. 4 horas de vuelo hasta Lima con 7 de escala. 12 más hasta Madrid. 2 horas de espera. Vuelo a Milán, 2 horas más. Paso en Italia cuatro días ahí. Vuelo a Alemania. Un 11 de setiembre, además. Me quedo ahí 10 días. Me voy por el día a Estrasburgo, en el límite con Francia. Son 450 kilómetros. Vuelvo a Alemania. Hago todo el camino aeroportuario hacia atrás, con 12 horas de escala en Madrid para otras 10 de vuelo a Lima. 7 horas de tiempo muerto en Perú. 4 horas más en el aire hasta Buenos Aires y de nuevo, 2 horas más de barco hasta Uruguay. Respiro aliviado y les aconsejo: no intenten en sus casas viajar con millas.
Ese fue el viaje que realicé hace un par de semanas atrás. Y sí, fue tan tedioso y largo de hacer como parece en esos seis renglones que escribí, así como por lejos uno de los viajes más demandantes (hasta ahora) que hice desde que comencé a escribir sobre autos. Pero en el medio de esa vorágine de pasar por siete hoteles y cinco países en menos de dos semanas, visitar seis aeropuertos y hacer más de 30.000 kilómetros en 15 días, hubo algo que calmó todos los dolores, jaquecas y estrés de viajar tanto en tan poco tiempo, aunque también en el fondo nació como el producto de un "teléfono descompuesto".
Luego de los días de prensa del Salón de Frankfurt 2017, salí con mi amigo, colega y compañero de viaje, Carlos Cristófalo de Autoblog.com.ar en un tren desde esa ciudad hasta Sttutgart para ir a retirar de los headquarters de Porsche al auto que Porsche Latinoamérica nos había conseguido para movernos por la madre patria del automóvil y la velocidad. Sé que muchas veces nos han dicho que allá todo es perfecto, pero verán que a veces se cometen errores en Alemania. Por suerte no son graves.
En el intercambio de correos electrónicos con la gente de prensa y comunicación nos asignaban un 911 Carrera 4S Cabriolet con caja automática PDK, lo que sonaba más que bien para destilar coolness por las Autobahns alemanas. Sin embargo, una vez que llegamos allí, cansados, arrastrando nuestras vidas recortadas en porciones en forma de maletas llenas de ropa, en el papel del préstamo decía otra cosa: "991.2 Targa 4 GTS". Era obvio que había un error. Pero como suele pasar a veces en la vida, uno los perdona.
Llegamos al estacionamiento y con esa llave con forma de 911 clásica de los Porsche modernos empezamos a buscar nuestro móvil. A lo lejos un Targa gris (Rhodium Silver Metallic) nos guiñó sus balizas y empezamos a llenarlo de maletas y mochilas por donde podíamos. Haciendo eso encontramos otro "error" del préstamo: el auto tenía un pedal de más y una transmisión que nos obligaría a mover la mano derecha constantemente para ganar velocidad. Un 911, Targa, GTS y para más estímulo de secreciones salivales, con caja manual.
Quitamos el techo con esa operación parafernálica que tiene el Targa 991.2 y que tantos minutos de video consume por mes en los servidores de YouTube cada vez que alguien ve uno en la calle, y me tocó poner en marcha ese 3.0 bi-turbo de 450 cv de potencia y 550 Nm de par máximo. El mundo se detuvo por un par de segundos y todo fue sonido de seis cilindros acostados para darnos placer sonoro durante una semana. Gracias por el error, Porsche. Te perdonamos porque fue un error divino. Y porque será también el protagonista del test del séptimo aniversario de Autoblog el próximo viernes.
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