Fernando Parrado: "pistas en el mundo hay una sola y es Nürburgring"

viernes, 7 de julio de 2017



Fernando "Nando" Parrado en el paddock de Le Mans Classic.
En los lanzamientos de producto se suelen dar charlas de lo más variopintas entre gerentes y prensa. Pero entre los que integramos este oficio, también solemos cruzar anécdotas y nunca queda registro de nada. Por eso decidí hacerle una entrevista a Fernando Parrado para ponerlas en tinta digital.

Wikipedia define a Fernando "Nando" Parrado (Montevideo, 1949) como "un ex-jugador de rugby, ex-corredor de carreras de lanchas, autos y motos, empresario, productor, sobreviviente de la tragedia de Los Andes, y presentador de televisión uruguayo". Pero para algunos que tenemos el gusto de conocerlo y de haber charlado horas con él, también sabemos que es un petrolhead de pura cepa y a nivel personal, es en esa faceta donde me tocó conocerlo.

La primera vez que conversé con él fue en el lanzamiento de la (desaparecida a nivel local) MG Motors, donde recién llegado de Las Vegas, se puso a contar en una ronda de charla cuáles autos había manejado allá. En otras veces más acá en el tiempo, las conversaciones con "Nando" giraron en torno a la Fórmula 1, su amistad Bernie Ecclestone o Jackie Stewart, sus viajes por el mundo como conferencista o los autos que pudo probar durante su carrera como piloto y comunicador. Y también supe compartir horas de charla con él de esa mítica meca del petrolhead llamada Nürburgring.


Pero algunos tuvimos el primer contacto con él mucho antes con una pantalla de por medio, cada mañana de los domingos con la perilla del televisor en el Canal 12. Entre muchos recuerdos de mi infancia tengo muy presentes las horas mirando "Vértigo" con Parrado y Jorge Alfaro, aprendiendo historia del automovilismo, de seguridad vial, nombres de pilotos y pistas, etc. Todo lo que un niño petrolhead de la era pre-Internet podía absorber a nivel de aprendizaje por aquellos días, estaba en ese lugar.

Por eso la idea de entrevistar a "Nando" estaba dando vueltas en mi cabeza desde hace casi un año, cuando le había realizado un perfil para la revista "Automóviles 2016" de El Observador. Al ser una nota breve y sabiendo que había mucha más tela para cortar, me quedé con ganas de hacer otra que le hiciera más justicia a su pasión petrolhead, porque cada vez que existe la chance de conversar con él de autos, es siempre un placer. Y la idea de esta entrevista era que ustedes también pudieran disfrutarlo.

Autoblog: ¿Dónde comenzó tu pasión por los autos?

Fernando Parrado: Arrancó en mi casa, con mi viejo. Mi viejo era peor que yo. Era un petrolhead de verdad. Él me enseñó a cómo hacer un "doble embrague", un "punta-taco", a cuidar las cajas, etc. A él le gustaban las motos, los autos, todo lo que tuviera motor. Y además fue fundador de la Asociación Uruguaya de Volantes. Así que más que eso, creo que no preciso decir, me tengo que poner de pie para nombrarlo. Fue el que me metió el alto octanaje a las venas. De chico nunca me llevó al Estadio Centenario, ni él tampoco fue nunca. No tengo nada contra el fútbol, pero él me llevaba a las carreras, como cuando vinieron las Gilera 4, las Norton, las Matchless, a correr a la Rambla, por ejemplo. Crecí con ese ruido a motores.

A: ¿Cuándo fue la primera vez que corriste de forma profesional y cómo llegaste ahí?

FP: Siempre mi viejo me decía "si vos querés correr en auto, hacelo en lo que quieras, pero no pienso darte un solo peso porque he visto fortunas dilapidadas corriendo en autos". Más él siendo directivo, con más razón lo decía. "Te cambio los neumáticos, las bujías, pero plata no me pidas" me decía. Por eso hay que entender la diferencia entre ser un piloto profesional o uno amateur. Empecé a correr con un "Fusca" que tenía y después pasé a competir con unos amigos en un Fiat 128.


Pero profesionalmente, me fui a correr a Europa, más precisamente a Milán, Italia, como pilotos de verdad, en el año 1977. Fuimos por cuenta nuestra, buscando el sponsorship y la tabacalera 43/70 nos dio un paquete muy grande de dinero para correr en Europa. La idea primaria era correr con unos Fiat 128. Juan Pablo Zampa y Eugenio “Chippy” Breard eran campeones argentinos con esos autos y teníamos pensado llevarlos a correr en Europa. Pero nos dimos cuenta que la competencia allá era diferente.

Entonces hicimos un acuerdo con Autodelta a través de Bernie Ecclestone, que en aquel momento él tenía los Brabham Alfa Romeo y estaba muy conectado con la marca. Entonces lo llamé y le dije "Bernie, ¿se podrá conseguir algo con Autodelta?" y me responió "dejame ver y te aviso". Al tiempo nos consiguió correr en el equipo oficial, que básicamente éramos nosotros poniendo el dinero.

Estuvimos un año viviendo en Europa. Corrimos 13 carreras y nos sobró plata (risas) así que éramos profesionales de verdad. Nos pagamos la estadía y las comidas, y al año siguiente nos quedó dinero para competir en el Campeonato Europeo de Turismo. Ganar carreras y tener éxito es un buen paquete. Nosotros teníamos muy buenos autos. Eran oficiales de Autodelta, los Alfa Sud Sprint. Recuerdo que la primera vez que llegué a Salzburgring, en Austria, no podía creer ver a los camiones del equipo, los mecánicos, al director del equipo Teodoro Zeccoli o a Gianni Marelli, que había estado en Ferrari, ahí con nosotros. Yo era el que menos experiencia tenía entre todos y a lo largo del año fui mejorando hasta que andaba a la par de ellos. Andar con Juan (Zampa) me costaba.


A: Además de Uruguay, ¿corriste en Argentina o algún otro país de la región? ¿Qué recuerdos tenés de esas competencias?

FP: Corrí en Buenos Aires en el Galvez, en Las Vizcachas, y después en Uruguay en El Pinar. Corría con un Fiat 128, en Turismo. De esa época recuerdo que Argentina era y sigue siendo un país con mucho amor por los fierros, además de mucha pasión y conocimiento. El nivel de los pilotos que había en aquella época era muy bueno, como Daray, Zampa, Breard, Bonomo, entre otros. Eran tipos que no andaban fuerte, iban fuertísimo. Ellos fueron a Europa y no desentonaron para nada, al contrario.

Yo que era el que menos experiencia tenía, con un par de carreras en El Pinar, las "6 horas" y el "Desafío de los Valientes", que me fueron fogueando de a poco, pero nada que me pudiera preparar como el automovilismo de verdad en Europa. Ahí te das cuenta que nivel tenés de aprendizaje.


A: ¿Con qué auto aprendiste a manejar y qué estás manejando a diario hoy?

FP: Aprendí a manejar con un Ford Prefect que tenía mi madre. Mi padre me sacaba en el Prefect y fue el auto con el que más suelto andaba y que aprendí todo lo que sé. Tendría unos 7 u 8 años cuando empecé a usarlo. Y ahora ando con un Audi Q3 2.0 TFSI.

A. ¿Y qué características tiene que tener un auto de uso diario para vos?

FP: Siempre sin hablar de marcas, porque son conceptos universales que tengo, uso autos en la mayor parte del tiempo solo, así que preciso un auto mediano por el tránsito y el espacio. Pero que también sea seguro, confiable, y por sobre todas las cosas, refinado. Me gustan ese tipo de productos. Acá se les llama de "alta gama" y nunca entendí por qué.


Pero tengo que ver que se note la calidad de construcción en el auto. Puede ser un Audi, un BMW o Mercedes-Benz como también un Lexus. Ergonómicamente tiene que ser impecable, que el asiento sea perfecto, que el tacto del volante y el cuero sea sensacional, que si apretás un botón pensando que va a hacer tal o cual cosa, que el auto lo haga. Hoy los SUVs tienen plataformas y chasis que se parecen mucho a una berlina, antes se bamboleaban mucho. Hoy entrar y salir de un SUV a mi edad es mucho más fácil, así que por eso lo elegí al Q3, además porque soy embajador de la marca. La calidad de los habitáculos de un Audi están entre los dos o tres primeros del mundo, y quiero andar en autos que disfrute siempre.

A: Es sabido que sos un usuario recurrente del Porsche 911. ¿Qué 911 tenés hoy en tu garage, cuál de todas las configuraciones elegiste y por qué?

FP: Tengo un Carrera 4 porque siempre me gustó ese modelo. Ya tuve tres. Me gusta principalmente por la tracción en las cuatro ruedas. Es un auto absolutamente sensacional cuando las condiciones del tiempo son las peores incluso. En la lluvia vas con una seguridad pasmosa respecto a otros autos. Incluso me gusta como suena el nombre "Carrera 4" (risas).


El 911 fue el sueño de toda mi vida y cuando cumplí 50 mi mujer me dijo "¿Qué te vas a regalar?" y pensé "¿Y por qué no me lo regalo?". Y lo hice. Hoy es muy difícil conseguir un auto superdeportivo con caja manual, ya no quedan. Por eso a mi 911 lo pedí con caja manual de sexta y con los tres pedales exprofeso, porque es un auto para manejar. Me gusta la conducción deportiva perfecta y manejar bien. Y no solo lo pedí manual, sino que el volante no tiene ni una sola tecla. Lo pedí sin nada de radio ni teléfono al volante, "peladito" con el airbag y la bocina, porque el volante se usa para manejar. Y la comunicación que tiene entre el motor, la caja y los frenos la hacés vos. Por eso la recompensa es enorme. Si bien no tengo nada contra las cajas automáticas, una buena caja manual es el summum.

A: ¿Qué pista fue la que más te gustó usar y qué auto de competición disfrutaste más?

FP: Pistas en el mundo de verdad hay una sola y es Nürburgring. Es la meca y el valhalla de la conducción y de correr en auto. Vos podés correr en la pista que quieras. Pero si corriste aunque sea una vuelta en Nürburgring, tenés un sellito. Es una pista excepcionalmente rápida y difícil. Tiene unos 25 kilómetros y pico, 180 y algo de curvas, con desniveles, subidas y curvas ciegas. Es demencial. Cuando corrí las "4 horas de Nürburgring" terminé mi stint y no lo podía creer, se había terminado. Pensé que habían sido 10 minutos y estuve 4 horas corriendo. Perdés la noción del tiempo ahí de lo concentrado que tenés que ir en la pista y sus trampas.


Y de los autos con los que corrí, para la época, como el Alfa Sud Sprint GTA de Autodelta no recuerdo otra cosa igual. Era liviano, porque estaba hecho con aluminio y plexiglás, llantas Speedline ultra ligeras, neumáticos slicks, caja de cambios corta, el escape abajo de la puerta del conductor. Todo. Ese auto era todo. Prendías ese auto y decías "¡esto es de verdad!". De los recuerdos que me quedan con ese auto son de los más inolvidables que tengo arriba de un auto.

A: De todo lo que manejaste en tu vida, si tuvieras que quedarte con tres autos, ¿cuáles serían y por qué?

FP: Acá tengo que mencionar autos de calle sí o sí. Me traiciona el espíritu deportivo pero me quedo primero con el McLaren F1 de Gordon Murray. Para la época e incluso para hoy sigue siendo un súper deportivo con todas las letras. Hoy lo manejás y sigue estando vigente. El sonido del motor, la caja, la calidad de ese auto. Es lo mejor que manejé en mi vida, sin discusión.

Después el Pagani Zonda. Es toda una experiencia. Ahora, me decís de viajar con mi mujer en el Zonda por toda Europa y te tengo que decir que no, que paso (risas). Es incomodísimo. Pero lo manejás y es espectacular, te vuela la cabeza.

Y como auto all arround, es decir, que cumpla con todo lo que precisás en la vida... (piensa unos segundos) creo que me quedo con la Audi RS 6 Avant Performance. Tiene performance, calidad, el tamaño ideal, podés viajar con cuatro o cinco personas, unas valijas en el baúl y hasta llevar el perrito atrás mientras lo vas saludando con la manito al dueño de una Ferrari mientras lo vas pasando como parado.

A: ¿Qué opinión te merece el manejo autónomo como concepto?

FP: Creo que el automóvil autónomo va a llegar de forma popular, aunque no sé cuándo. Tal vez mis nietos o bisnietos los utilicen a diario. Yo no, no sé si lo llegaré a ver. No es una cosa que vamos a ver de acá a 20 años. Fijate que el auto, con todos los avances que tiene hoy, demoró más de 100 años. Pero los que conduzcan esos autos en el futuro van a pensar que éramos unos inconscientes, que era peligrosísimo. "¿Todos juntos manejaban en la ciudad y además chocaban?" seguro van a pensar. Va a ser todo más seguro, por suerte. Me parece un avance técnico importantísimo, pero vamos a perder las charlas sobre prestaciones, porque no van a ser autos de performance. Van a ser medios de transporte y nada más.

Por todo eso por suerte me tocó vivir en la generación perfecta, del manejo manual y el punta-taco. Hay gente joven que no tiene ni idea de qué es, ni para qué se hace ni como. No conocen lo que es una conducción perfecta e involucrada con la máquina. También tenemos suerte de manejar esas cajas automáticas de doble embrague, que son fantásticas en todos los aspectos, los autos eléctricos como los Tesla, los híbridos.


A: ¿Qué considerás que tendríamos que mejorar los uruguayos a la hora de conducir?

FP: Los uruguayos tienen que empezar a aprender a caminar antes de correr. No se pueden mejorar cosas en el tránsito si no se parte de las bases. La educación es vital, lo es todo. Nos va a servir para terminar con la anarquía que tiene el conductor uruguayo. Acá el que hace la macana insulta al que está bien.

Se está transformando en un ícono de la conducción nacional el circular por la izquierda. Acá en la Rambla, yo tengo la oficina a unas cuadras del Puerto del Buceo, la línea de la izquierda pegada al cordón tiene entre tres y cuatro cuadras de autos, y el de la derecha está vacío. ¿Cómo puede ser? No entiendo el por qué. Todas las señalizaciones de las calles están hechas para circular por la derecha y adelantar por la izquierda. ¿No las entendemos como sociedad?

Y como han accedido a autos gente que no tenía idea de cómo se manejan, porque un auto se compra muy barato y en cuotas en comparación con otros tiempos, van y copian al resto que hace todo mal. Por eso reitero que falta educación en el tránsito. Y las autoridades tampoco ayudan. La UNASEV en vez de dedicarse a armar botiquines tendría que ponerse a educar a cómo conducir, porque manejar maneja cualquiera. En Europa "es una papa" conducir porque hay respeto mutuo y educación vial.

Igual hay lugares peores que Uruguay. República Dominicana o Egipto es un desastre al lado de nosotros a nivel de tránsito. Un embotellamiento en Egipto es lo peor que vi en mi vida, a tal punto que no quiero volver más a Cairo, es un caos. Y para darte cuenta de eso, basta con mirar los autos. Están todos machucados. Lo grafico mejor con una anécdota. Resulta que llegamos con mi mujer a una rotonda en Cairo, en el centro. Había un policía de tránsito en el medio tratando de ordenar todo ese nudo de autos. Pero era tan impresionante la cantidad de vehículos atravesados, bocinazos y gritos constantes, que el tipo dejó su lugar y se fue a sentar en un muro a mirar cómo la gente solucionaba por su cuenta el lío. Fue espectacular (risas).

Video: Fernando Parrado probando al McLaren F1