Probamos a la Mitsubishi L200: el último samurai

martes, 28 de febrero de 2017



Evaluamos a la quinta generación de la Mitsubishi L200 en su versión GLS Sportero 4x4 automática.
Seguimos evaluando pick-ups medianas y ahora le tocó el turno a la Mitsubishi L200. Probamos durante más de 260 km a la versión tope de gama, la GLS Sportero 4x4 A/T equipada con un motor turbodiesel 2.5 High Power Di-D capaz de producir 178 cv de potencia. Pero antes, el adelanto.

Si agarramos a alguien al azar en la calle y le preguntamos por una pick-up de marca japonesa es muy posible que pasen dos cosas. 1) que la persona se asuste y huya ante una pregunta tan desconcertante de un desconocido, o 2) que nos responda "Toyota Hilux" sin vacilar. 

Habrá por otra parte, un reducido grupo que podrá darnos otras opciones, como "Nissan Frontier". Pero solo unos pocos serán los que nos dirán de entrada "Mitsubishi L200". ¿Por qué? Durante los años noventa esta combinación de marca y modelo llegó a ser tan popular como la que desde años es la opción por default entre las pick-ups medianas.


Las L200 doble cabina "chatitas" y cuadradas de los años noventa con aquellos adhesivos de colores beige, amarillo y naranja en las puertas fueron un verdadero furor. Se veían por la calle casi tan a menudo como las Hilux "chatitas" y cuadradas de los años noventa con aquellos adhesivos de colores rojo, blanco y negro.

Sin embargo, el mercado le fue dando la espalda a la marca de los tres diamantes durante unos cuantos años. No fue hasta el 2005 cuando la cuarta generación de este producto salió al mercado con un diseño rupturista y jugado, que esta situación se revirtió de forma moderada. Incluso llegó a ser la poseedora del motor más potente del segmento: un 3.5 V6 naftero con 180 cv de potencia que incluso al día de hoy sigue siendo una "figurita codiciada" en el mercado de las usadas.


Pero más allá de ese impulsor y del diseño, Toyota ya había acaparado la atención de todos con aquella Hilux que le dio una vuelta de página al segmento. Hablo de la generación previa a la actual. Ahí muchas marcas pasaron la penuria de tener que volver a los tableros de diseño para surgir con un producto que pudiera hacerle frente al líder.

Hoy la situación sigue sin cambios casi 10 años después. Toyota cerró el 2016 con un número bestial de ventas de Hilux: 1.115 unidades. Nissan con la NP300 Frontier terminó segunda con 448 unidades, Ford Ranger quedó tercera con 336 unidades, Mitusbishi con la L200 vendió 274 pick-ups, la S10 de Chevrolet llegó quinta con 205 unidades, Volkswagen Amarok finalizó sexta con 198 unidades, y Mazda logró colocar 47 unidades de su BT-50.


Si solo tomamos a las de marcas de origen japonés, Mitsubishi está en un penúltimo puesto con un producto de quinta generación como la New L200 lanzada a finales del año 2015 y que a diferencia de algunas rivales, es un vehículo nuevo (ver lanzamiento) y no una mera actualización. Por eso soy de los que piensa que el mercado no le hizo justicia a una pick-up que durante años estuvo en lo más alto del podio.

Con el fin de entender por qué está ahora ahí y también darle el espacio que se ganó durante casi 40 años a nivel mundial tanto en las calles como en competencias durísimas como el Rally Dakar o el Rally dos Sertões, a fuerza de confiabilidad y la fama de ser un "fierro irrompible", es que invitamos a la L200 en su versión tope de gama, a pasar por el garage de Autoblog. Pero recién el viernes que viene podrán conocerla a fondo y saber cuáles son las armas de conquista y ataque que tiene este último samurai para defender al legado de Mitsubishi.