Evaluamos al primer vehículo eléctrico de pasajeros de Citroën en el mercado uruguayo. Se trata del Ami ëlectric, un cuadriciclo que llega desde Marruecos con un motor con 6 kW (8 cv) de potencia, junto a una batería con 5,4 kWh de capacidad, prometiendo 75 km de autonomía, según el ciclo WMTC.
Aunque este sitio se llama Autoblog, en esta ocasión voy a hacer una excepción. Porque lo que ves en imágenes no es propiamente un “automóvil” con todas las letras. Es lo que se define como cuadriciclo o bajo un nombre más marketinero: “una solución de movilidad eléctrica”. El Citroën Ami ëlectric (ver lanzamiento) es la primera incursión local de la marca dentro del mercado de vehículos eléctricos. Su nombre remite al del modelo comercializado desde 1961 hasta 1979. Pero nada tiene que ver con aquel.
En otros mercados, como el europeo, este Ami ëlectric tiene algunas ventajas frente a otro tipo de vehículos convencionales, digamos. Desde el punto de vista legislativo, el Ami está clasificado como un automóvil de tipo L6e o “cuatriciclo ligero” por el Reglamento UE 168/2013, una categoría muy popular, por ejemplo, en Francia. Allí se les conoce popularmente como “voiture sans permis”, o “auto sin permiso” un nombre poco preciso, porque para conducir este tipo de vehículos es obligatorio tener al menos el carnet de conducir ciclomotores de hasta 50 cm³ y para el que es necesario realizar un examen teórico y práctico (lo pueden obtener personas a partir de 15 años de edad).
En nuestro mercado, por su peso superior a 400 kg, el Ami fue homologado como automóvil dentro de la Categoría L7, por lo que queda eximido de los requerimientos de seguridad de las categorías M1 en adelante, como ser airbags, anclajes para sillas infantiles o sistema de frenos con antibloqueo (ABS). En términos de dimensiones, mide 2.410 mm de largo, 1.525 mm de ancho y 1.390 mm de alto. Está pensado para dos pasajeros sentados de forma convencional, y el espacio de almacenamiento que tiene por delante del acompañante, cuenta con una capacidad de 63 litros.
Sí, es muy, muy pequeñito. De lo más pequeño del mercado, me atrevería a decir. Además su diseño es muy peculiar. Porque posee una simetría central entre los lados derecho e izquierdo. Con el objeto de reducir el coste de producción de la carrocería, tanto el frente como la parte trasera son las mismas, del mismo modo que las puertas tienen aperturas contrarias, antagonistas para el conductor y clásicas para el acompañante, siendo la misma pieza, solo que dada vuelta.
A nivel mecánico se trata de un motor eléctrico del tipo síncrono de imanes permanentes. Produce 6 kW (8 cv) de potencia máxima. No hay datos de torque. La transmisión es una automática con reductor y una sola relación. La batería es de ion-litio y cuenta con una capacidad de 5,4 kWh. La autonomía teórica combinada es de 75 kilómetros con una sola carga, según homologación WMTC (World Motorcycle Test Cycle). Las prestaciones declaradas son una velocidad máxima 45 km/h y una aceleración de 0 a 45 km/h en 10 segundos. El peso en orden de marcha es de 483 kg.
Según Citroën, la recarga de la batería se realiza gracias al cable eléctrico situado junto a la puerta en el lado del pasajero. Una vez conectado, bastan 4 horas para una recarga completa en una toma Schuko convencional de 220 V. En nuestro mercado se comercializa a un precio de U$S 12.990, que no solo lo convierte en el Citroën más accesible de la gama, incluso por debajo del C3 (ver prueba), sino que además es uno de los vehículos eléctricos más asequibles -y pequeños- del mercado. Ahora llegó el turno de su evaluación completa, para conocer un poco más a fondo esta solución de movilidad urbana y eléctrica.