Con 1.500 cv de potencia, 1.600 Nm de par y 420 km/h de velocidad final, este es el Bugatti Chiron. |
Si bien todas las mañanas durante las semanas les suelo traer una noticia nacional, hoy voy a hacer la excepción. Y hay motivos variados para hacerlo. No todos los días una marca como Bugatti presenta a nivel mundial un automóvil completamente nuevo. La última vez que lo hizo fue en 2001 cuando relanzaron la marca bajo el Grupo VAG con el impresionante Veyron que marcó una tendencia en el nacimiento de los llamados hypercars.
En segundo lugar, hoy estamos ante la segunda página de ese renacer de la marca alsaciana, y es la hora de darle paso al reemplazante de aquella bestia de 1.001 cv de potencia. Y como no podía ser menos, elevaron todas las perillas a 11 como en "This is Spinal Tap.", siendo esta la tercera excusa para dedicarle semejante espacio a este producto. Perdón, hay una cuarta: es la estrella del Salón de Ginebra 2016 indiscutidamente. Hasta incluso decidí incluir fotos en alta resolución en la nota por ese motivo, así se disfruta todo más.
Se llama Chiron (pronunciar de la forma más francófona posible, shee-rón) y usa como lienzo al Vision Gran Turismo Concept que pudimos ver en el pasado Salón de Frankfurt 2015 y sus líneas se componen de varias fuentes de inspiración. La primera es ese concepto futurista, pero también lo es uno de los más antiguos de la familia Bugatti como es el Type 57 Atlantic por el cruce de superficies en dos tonos y las formas redondeadas de la carrocería que son la firma de identidad del Chiron.
Si bien por fuera es un festín de líneas que convergen para darle funciones a la carrocería, ya sea de aerodinámica como de refrigeración, por dentro se buscó mantener la simplicidad de comandos y medidores que solía tener el Veyron. Todo es muy sencillo y hasta podría acusárselo de minimalista. No abundan los botones y ni siquiera hay pantallas táctiles ni multimedia.
La consola central lleva los controles de climatización (muy Audi TT) en una fina barra de fibra de carbono, junto a un selector de cambios tradicional, y el instrumental tiene todo lo "digital" que se podría necesitar y especialmente un velocímetro con una escala hasta 500 km/h. Por si no quedó claro que es un auto para llevar fuerte.
La carrocería usa y abusa de dos elementos en gran medida. Uno es la fibra de carbono con el que se fabrica el monocasco, y el otro, el aluminio, especialmente puertas adentro junto al cuero de más alta calidad. A su vez con 4.544 mm de largo, 2.038 mm de ancho y 1.212 mm de alto, el Chiron es un poco mayor en dimensiones al Veyron, teniendo tan sólo 1 mm más de distancia entre ejes que su antecesor, aunque siendo 40 mm más ancho, 53 más alto, y 82 mm más largo.
El chasis cuenta ahora con una suspensión adaptativa y una dirección electromecánica, mientras que el conductor tiene a disposición cinco modos de conducción que actúan sobre la gestión de las suspensiones, dirección, motor y aerodinámica: Lift, Auto, Autobahn, Handling y Top Speed.
El modo Lift eleva ligeramente la suspensión y se usa a velocidades menores de 50 km/h, para subir el auto a un remolque o pasar por encima de un badén, por ejemplo. El modo Auto no requiere de explicación me parece, mientras que el modo Autobahn se activa a partir de los 120 km/h, haciendo más suave la suspensión y así poder conseguir viajes relajados, aunque a altas velocidades.
El modo Handling es el más interesante de todos, porque es el que se pensó para usar en circuito. Bugatti declara en su nota de prensa que este seteo permite que la aerodinámica favorezca la carga aerodinámica, y que su sistema de tracción total permanente –con diferenciales electrónicos– permitirá que el vehículo se deslice, facilitando hacer maniobras de drift. Se volvieron locos, no hace falta que lo diga. Por otra parte, el modo Top Speed es el que permite poner todo al servicio de alcanzar los límites del Chiron. Pero en eso ya entramos en detalle.
A nivel mecánico es donde se lleva todas las palmas. Su propulsor es el 8.0 W16 del Veyron, pero mejorado en todos los aspectos. Por ejemplo, ahora emplea un nuevo sistema de turboalimentación cuádruple. Se trata de cuatro turbos twin-scroll, con un interruptor que a bajas velocidades (entre 0 y 3.800 vueltas de motor) hace trabajar solo a dos de los cuatro turbocompresores.
También estrena un nuevo sistema de escape de titanio, gestión electrónica, y un colector de admisión de fibra de carbono con nada menos que 32 inyectores. Esta bestia con "b" mayúscula desarrolla unos tremendos 1.500 cv a 6.700 rpm, acompañados de un brutal par máximo de 1.600 Nm disponible (atentos) entre las 2.000 rpm y las 6.000 rpm. La potencia pasa a las cuatro ruedas mediante una caja de cambios DSG de doble embrague y siete relaciones.
Es interesante recordar que este tipo de mecánicas tan bestiales generan un calor igualmente bestial. Pero eso también lo tiene cubierto Bugatti. Hay una enorme salida trasera de aire que canaliza el calor, y de paso, genera estabilidad a altas velocidades empujando a la carrocería hacia el piso. También entra aire fresco por las ópticas delanteras, y va a parar a los frenos delanteros.
Ya que los menciono, el equipo de frenado está compuesto por pinzas fabricadas en titanio y ocho pistones en el eje delantero, con discos de freno de 420 mm de diámetro en el eje delantero y 400 m en el trasero. El resto lo asiste el aerofreno del alerón posterior que además puede modificar el coeficiente aerodinámico de 0,35 a 0,59.
Cabe resaltar que a su vez, el Chrion va a contrapelo de la industria cuando se refiere a nuevas generaciones, ya que es 155 kg más pesado que el Veyron, declarando ante la balanza unos 1.995 kg en orden de marcha. Pero todo esto no es ningún impedimento. Bugatti declara un 100 km/h a 0 en 31,3 metros, un 200 km/h a 0 en 125 metros y un 300 km/h a 0 en 275 metros.
Para poner toda esta bestialidad (otra palabra no tengo, disculpen) Bugatti se asoció nuevamente con Michelin para el desarrollo de los neumáticos. Su compuesto especial es capaz de soportar puntas superiores a los 400 km/h, y se trata de cauchos en medida 285/30 R20 para el eje delantero y 355/25 R21 para trasero.
Ya cerrando el apartado dinámico, lo que todos quieren saber, lo que anda este animalito. Hace el 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, el 0 a 200 km/h en 6,5 segundos, mientras que el 0 a 300 km/h lo consigue en 13,6 segundos. Desde que lo arrancaste a leer hasta estas alturas del párrafo, ya iríamos a unos 250 aproximadamente.
El Chiron dispone de dos llaves con las que se libera más o menos capacidad de alcanzar determinada velocidad máxima. Con la primera alcanza los 380 km/h pero con la segunda alcanza los 420 km/h, que dicho sea de paso, se tratan de kilómetros por hora limitados electrónicamente. Sí, como leyeron. Este auto podría seguir viajando más allá de esa cifra.
Para cerrar este informe un par de datos anecdóticos para que compartas con tus amigos en el asado del fin de semana que viene. El nombre del nuevo Bugatti es un homenaje al piloto monegasco Louis Alexandre Chiron (fallecido en 1978), que corrió con la escudería francesa entre los años 20 y 30, consiguiéndoles el Gran Premio de Francia en 1931 al volante de un Bugatti Type 51.
Otro dato más: al igual que el Veyron, los 500 Chiron que se producirán (sí, son solo esos) saldrán de la planta de Mosheim, en Francia, donde también está la sede de la marca. Cada unidad costará 2.4 millones de euros, sin contar los impuestos, claro está. Ah, y sin ponerse cariñoso con la lista de opciones de tapicerías, pinturas, llantas, o agregados como el juego de valijas personalizadas que ofrece Bugatti a sus clientes.
La fabricación será cuasi artesanal, como es costumbre en Bugatti, y de esas 500 unidades aproximadamente entre 120 y 150 ya tienen dueño asegurado. Adicionalmente, el Grupo Volkswagen dice que ya no perderá dinero con cada unidad producida, como fue el caso del Veyron, porque la producción no tendrá los mismos costos ni procesos que llevaba aquel modelo, si no que fueron optimizados, y le asegurarán a la marca 1,2 millones de euros de ganancia por cada Chiron fabricado.
Video: Bugatti Chiron