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Santiago Urrutia festejando su campeonato anticipado en Laguna Seca. |
Texto de Rafael Fernández | @rafauy
Redactor de El Observador
Pocos imaginaron en el mes de marzo esta
realidad. El piloto uruguayo Santiago Urrutia Lausarot (18) había tomado la
decisión de proseguir su carrera deportiva en los Estados Unidos, pero había
perdido la oportunidad de participar en las pruebas de invierno (febrero)
producto de la enorme incertidumbre que se cernía sobre su patrocinio.
El cambio de autoridades a nivel gubernamental
hizo aún más complejo en 2015 el siempre difícil proceso de asegurar los fondos
para proseguir su carrera deportiva.
Manager
profesional
La invitación en febrero de la cadena
FoxSports a la primera edición del Drivers Challenge en Cancún, un desafío para
pilotos de varios países latinoamericanos, abrió puertas inesperadas.
La destacada actuación de Santiago sobre un
kart llamó tanto la atención, que tuvo más repercusión que toda su temporada
2014 en la GP3 Series. Más importante aún: llevó a que uno de sus colegas más
veteranos en el mencionado desafío se acercara al joven oriundo de Miguelete
con intenciones que afectarían de forma positiva su futuro inmediato.
Eliseo Salazar es el único piloto chileno que
ha llegado a la Fórmula 1 y lo comenta con cierta cuota de orgullo, pero
también de resignación. Ha estado en el podio de las 500 Millas de Indianápolis
y fue vencedor en varias competencias de la IndyCar Series. Conoce como pocos
latinoamericanos qué puertas se deben golpear para subir los peldaños que
llevan a la IndyCar Series, la máxima categoría de monoplazas del automovilismo
continental, y rápidamente se manifestó interesado en potenciar la carrera de
Urrutia en los Estados Unidos como su manager.
Cuando sus compatriotas le cuestionaron públicamente
por qué no impulsa a pilotos de su nacionalidad como lo hace con el uruguayo
Urrutia, no dudó en manifestar que lo hará “cuando aparezca uno que tenga el
talento, la edad y sobre todo las ganas de sacrificarse por llegar”.
El
camino a la Indy
Con escaso tiempo y elevada incertidumbre
sobre los recursos económicos disponibles, la dupla recién creada tuvo que
enfrentar su primera gran decisión: en qué categoría participar y en qué equipo
recalar.
Una rápida llamada al Andretti Motorsport, uno
de los grandes referentes del automovilismo norteamericano, sirvió para saber
que la renovada Indy Lights estaba fuera de alcance y debería esperar. Sirvió también
para delinear el camino futuro pensando más que en una categoría, en un
programa de desarrollo de pilotos.
“Mazda Road To Indy” (el camino de Mazda hacia
la Indy) es la denominación queella empresa automotriz japonesa da a su
programa de desarrollo de pilotos en los Estados Unidos.
Se basa en impulsar jóvenes talentos a través
de categorías fuertemente sponsoreadas por dicha empresa, que comienzan en la
USF2000, continúan en la Pro Mazda, y finalizan en la Indy Lights.
Los campeones de cada una de ellas reciben un
premio que les permite acercarse al presupuesto requerido para subir al peldaño
siguiente.
En ese esquema decidió insertarse Santiago Urrutia
y ese será uno de los mayores espaldarazos a su carrera deportiva tras obtener
el Campeonato Pro Mazda 2015.
La
altura del desafío
Las 16 fechas que compusieron el torneo enfrentaron
a Urrutia a un enorme desafío: adaptarse rápidamente a un nuevo país, a un nuevo
equipo tras decidirse por el Pelfrey, a un nuevo auto y especialmente a nuevos
circuitos que incluyeron callejeros y óvalos.
La percepción previa -compartida por muchos-
de que Urrutia estaba sobre capacitado para enfrentarlo duró poco, a pesar de
que los buenos resultados no tardaron en llegar.
El nivel conductivo de la Pro Mazda no era el
de la GP3 Series, pero tampoco se trataba de un lugar exclusivo para pilotos
mayores (que compiten en la clase experto) con sanas intenciones de divertirse.
Los Neil Alberico, Weiron Tan, Timothe Buret,
Garett Grist o Florian Latorre llegaron de todas partes del mundo con buenas
credenciales, dispuestos a abrazar el sueño americano, y como dicen estos, sin
intenciones de tomar prisioneros en el camino.
Tres victorias (NOLA
Motorsport, Indy Speedway, Mid-Ohio) y varios podios marcaron una temporada
sumamente regular y pusieron a Urrutia al frente del campeonato, con 29 puntos
de ventaja antes de la gran definición en Laguna Seca, California.
En el mismo escenario
y sobre la misma fecha donde, 16 años atrás, su gran ídolo Gonzalo Rodríguez
pasaba a la eternidad.
Imágenes | Media Road to Indy