Probamos al Kia Rio: la pinta (no) es lo de menos

lunes, 13 de julio de 2015



Probamos al Kia Rio MY2015 en su versión Hatch, con el impulsor 1.4 16v de 109 cv de potencia.
Usando como excusa el ligero facelift que incorporó este año el Kia Rio, finalmente pudimos probar al modelo y en los próximos días saldaremos la deuda que teníamos con ustedes y el hatch coreano. Pero antes, analizaremos un poco sus encantos y el por qué de su popularidad en las calles.

Hace algunos meses atrás, conversando en un asado con un amigo que solía trabajar en Kia, estábamos discutiendo sobre la importancia de la estética de los productos a la hora de venderlos, y cómo ello influye en la decisión final de los consumidores. Y para ejemplificar eso, me ponía como ejemplo al Rio (ver lanzamiento).

Según los comportamientos que veían en los clientes, uno de los mayores argumentos de venta eran el diseño y el estilo del producto. Las líneas del auto son bastante atractivas, no hay discusión en ese sentido. Es un auto que gusta bastante, y cuando lo vemos pasar por la calle, lo miramos con esos ojos que no usamos para vehículos más mundanos y simples. Es decir, un elogio cuando sabemos apreciar que un diseñador se levantó con el pie derecho el día que se le ocurrieron esos trazos.


Uno de los puntos claves de esa atracción hacia el Rio son sus llantas. Kia Uruguay ha optado por ponerle unas generosas llantas de aleación de 17" sobre neumáticos en medida 205/45 R17. Si bien el diseño ha variado, la medida se conservó con la última actualización. A algunos les gustaban más las anteriores, a otros más estas nuevas. El hecho es que ambos diseños de llantas son acertados, a criterio personal.

Si la memoria no me falla, dentro de las marcas generalistas (y excluyendo a las versiones deportivas de algunos productos), son unas de las llantas más grandes que le han montado a un hatch del segmento B en el mercado local. El otro es el Renault Clio IV Dynamique (ver prueba).


¿El motivo para usarlas? No hace falta que lo justifique, las fotos hablan por sí solas. El auto gana en presencia, luce muy bien plantado con los pasarruedas "llenos", y hasta le da un aspecto deportivo al auto, pese a que el Kia Rio esté bastante alejado de ser eso. La pregunta del millón es, ¿era realmente necesario ponerle semejantes neumáticos a un auto que en el fondo es un segmento B "no-deportivo"? 

Depende de dónde lo miremos. Si vamos a lo práctico, especialmente por el deteriorado estado de nuestras calles, no, no era necesario. Pero si nos paramos en la vereda del diseño, sí. Estas o las llantas de diseño anterior, se lucen como un vestido Prada con espalda abierta llevado por una modelo sueca. Y las versiones que existieron con llantas de menor medida, como las usadas por los primeros Rio de tres puertas (ver primera impresión), no se destacaban tanto.


Pero más allá de lo estético, el Rio en realidad esconde virtudes mucho más nobles y lógicas que un juego de "altas llantas" y se da un caso de "Caballo de Troya", en donde el cliente se enamora por la vista y decide con la cabeza o el bolsillo. Es un producto que racionalmente también suena muy atractivo.

Por un valor de U$S 24.990, ofrece de serie: seis airbags, frenos ABS+EBD, anclajes ISOFIX para sillas infantiles, cinco cinturones inerciales de tres puntas, pack eléctrico, radio con Bluetooth, y las llantas de 17" mencionadas. Además, junto a su hermano-enemigo, el Hyundai Accent (ver lanzamiento), son los únicos en el segmento que cuentan con una transmisión manual de seis relaciones.

Es por todo esto que en unos días, buscaremos ver si más allá de ofrecer un diseño bien logrado, y en los papeles ser una opción lógica, el Kia Rio es (o no) un rival de peso racional frente a otros productos que basan su éxito comercial en la lógica de la pinta no es lo de menos. Incluso tal vez, hasta podamos encontrar un poco de razón detrás de unas lineas atractivas.