Tras haberlo manejado en Chile, nos subimos a la tercera generación del Citroën C3 ahora en suelo uruguayo. |
Hace un par de semanas atrás fui al cine (cada tanto puedo ir) a ver una de las películas que más esperé de este 2017: Trainspotting 2. Más allá de lo bueno que es el film, me quedé con un detalle y es que tuvieron que actualizar ese discurso que tan famoso se hizo en la primera parte realizada en 1996 (ver video).
Se cambió el original (ver video) "elegí una maldita televisión enorme, lavarropas, autos y reproductores de discos compactos" de los años noventa por el más actual "elegí Facebook, Twitter, e Instagram". En el mundo de los autos también la tecnología cambió en 20 años y lo que los clientes piden en sus vehículos ya no es una radio con un lector de CD's como en aquel entonces. Hoy las famosas centrales multimedia con la posibilidad de que trabajen con un smartphone son la vedette de los reclamos de los consumidores.
Se trata de pantallas muchas veces más pequeñas que el tamaño de su teléfono celular e incluso con menos funciones y muchas veces interfases más lentas y tediosas que una Cadena Nacional. Pero hay que entender que también cada vez usamos más el smartphone como el centro de operaciones de nuestra vida y mal que le pese a muchos, la tecnología de esos aparatejos que llevamos en los bolsillos va más rápido que los autos que conducimos y las necesidades llevan a que ellos se adapten a nuestras computadoras en miniatura.
Un ejemplo de adaptación práctica es el New C3 de Citroën, que a falta de incorporar de serie una pantalla táctil multimedia que trabaja solidariamente con un teléfono inteligente, también lleva en su versión más equipada el opcional de una cámara de filmación y fotografía integrada de fábrica. A primer golpe de vista puede parecer una tontería de marketing que bien podría ser reemplazada por una simple GoPro. Pero si la empezamos desde las funciones que ofrece, puede ser mucho más práctica que aquella.
Citroën la denomina ConnectedCAM y se trata de una cámara de fotos y video que va montada por debajo del retrovisor interno y que permite tomar tanto imágenes y videos en full HD. Se conecta vía Wi-Fi (la cámara tiene un módulo interno) a un teléfono inteligente mediante una app que solo trabaja cuando somos un pasajero ya que la propia aplicación aclara todo esto previo a configurarla.
La cámara cuenta con con un lente gran angular (120º) y 2 megapixeles con una resolución de 1920x1080. Almacena hasta 16 GB de información, que mediante dos teclas permite tomar una foto o grabar un breve video de 20 segundos. Esos contenidos se pueden guardar en el smartphone vía Wi-Fi o colgarlos en redes sociales (Facebook, Twitter o por e-mail) de forma segura, ya que esta función solo la deja operar con el vehículo detenido y la caja en punto muerto.
A su vez, en el caso de que haya una fuerte desaceleración o un posible impacto, el sistema graba en su memoria el lapso entre los 30 segundos anteriores al incidente, y los 60 posteriores. Esto sirve en caso de accidentes para poder dirimir responsabilidades con pruebas contundentes y no con testigos oculares que pasaban por ahí. Además cuenta con GPS integrado, permitiendo ubicar también dónde estacionamos el auto mediante la app.
Por eso, si bien tiene su parte lúdica, la cámara de este C3 también cuenta con algunos elementos que ayudan a que además de estar conectados con nuestro auto, también podamos sacarle provecho a la tecnología. Sin embargo, como esto es Autoblog y no "tecno-blog", le pedimos a la gente de Citroën un New C3 Shine con ConnectedCAM por cinco días para probar que además de tener un auto techie, esta tercera generación del C3 tiene mucho más para ofrecer en otros aspectos. Pero para ver eso, tendrán que esperar a la prueba completa hasta el próximo viernes.
Video: Citroën ConnectedCAM