Con un diseño distante del resto de la gama, se ubicará como una alternativa premium para quienes busquen un eléctrico. |
El proyecto i de BMW está viendo sus primeros frutos. La marca bávara presentó los primeros detalles oficiales del primero de su gama de eléctricos: el compacto i3. Equipa un motor de 170 cv, tracción trasera, y está construido sobre un chasis de fibra de carbono. Podría ser peor.
En 2007, BMW presentó al proyecto i, encargado de proporcionar "movilidad del futuro" manteniendo el "carácter selecto" de los modelos de la Bayerische Motoren Werke. A princpios del 2011 (ver nota) adelantó su gama, compuesta en un principio por el compacto i3 y el deportivo i8.
No fue hasta mediados de ese mismo año, en Frankfurt, que tuvimos los primeros detalles técnicos de ambos modelos, muy cercanos a la realidad en el caso del compacto (ver nota), pero con un diseño bastante despegado del modelo de producción. Se terminó la espera, este es el i3, que veremos a fin de mes sin camuflaje.
Comencemos por lo que se ve. Aunque con algo de camuflaje -fueron los amigos de marketing, seguramente-, se aprecia un frontal alto y vertical, lejos de la imagen tradicional de la marca. Conserva los dos riñones, insertos en un capot de color negro laqueado.
El lateral destaca por las puertas de apertura opuesta, junto a una llamativa línea de techo. Las llantas son de una aleación 36% más liviana que el acero y llevan neumáticos en medida 155/70 R19, ideal para pedir en la gomería del barrio.
La trasera, con un camuflaje más denso, repite la verticalidad del resto del conjunto, buscando priorizar el espacio interior. Un discreto alerón se encarga de aportar el toque deportivo, mientras que la tapa del baúl es de vidrio e integra los faros de tipo LED.
Mide 3,99 metros de largo, mientras que la distancia entre ejes es de 2,57 metros. Pesa 1.195 kg en orden de marcha, gracias a un chasis de fibra de carbono con aluminio, entre otras tantas soluciones adelgazadoras.
En posición trasera equipa un impulsor eléctrico de 170 cv y 250 Nm de par, que se transmiten a las ruedas traseras. BMW promete un feeling acorde al resto de la gama, con un centro de gravedad bajo, reparto de pesos 50/50 y diversas ayudas electrónicas a la conducción.
Las prestaciones hacen que olvidemos estar frente a un eléctrico. Necesita 7,2 segundos para los 100 km/h desde parado, y apenas 4,9 segundos para recuperar de 80 km/h a 120 km/h. Está limitado a 150 km/h por razones de autonomía.
La batería de 22 kWh se puede cargar en media hora hasta el 80% en un cargador rápido, o en ocho horas al 100% en una toma doméstica. Permite hasta 200 km de autonomía. Se ofrece como opcional un impulsor naftero de 34 cv y 650 cc bicilíndrico, que puede cargar las baterías -como en un Chevrolet Volt-, y agrega 100 km a la autonomía.