Bienvenido a Uruguay, Toyota 86

viernes, 17 de agosto de 2012



Conocimos al primer Toyota 86 que llegó a Uruguay.
Hace unos días conocimos en persona a la primera unidad del coupé desarrollado entre Subaru y Toyota. El 86 se comercializa en dos versiones, manual y automático. Nos subimos y lamentablemente tuvimos que bajarnos a sacarle las fotos que ilustran la nota a continuación.

¿Qué tiene este auto de especial? se pregutarán muchos. Básicamente pocas veces se anuncia con tanta anticipación un modelo y genera tanta expectativa en el mundillo petrolhead a nivel global. Años esperando el famoso "Toyobaru" y helo aquí en Uruguay, bajo la marca Toyota, ya que Subaru ni por asomo lo traerá a nuestro mercado. No es el coupé más potente, ni el más veloz, ni el más tecnológicamente avanzado, ni nada de esto importa. Su filosofía de "auto pensado para manejar" lo antecede, bañada por un río de tinta digital -y de la otra- de periodistas y aficionados alrededor del mundo que certifican ese espíritu divertido a la hora de hacer galopar sus 200 cv.


Su carta de presentación es la siguiente: el 86 es la variante de Toyota de la coupé tracción trasera con motor boxer desarrollada junto a Subaru (ver nota). Su nombre tan peculiar se inspira en el Corolla AE86, la medida del diámetro por carrera, que también es 86x86 y el diámetro de los escapes, que son de 86 mm cada uno.

Su corazón es un cuatro cilindros boxer con block de aluminio, 2.0 litros de cilindrada con inyección mixta directa/indirecta D4-S, con dos inyectores por cilindro y tapa de 16 válvulas. Produce 200 cv a 7.000 rpm y un torque de 205 Nm entre las 6.400 y 6.600 vueltas. La aceleración de 0 a 100 km/h le lleva 7,6 segundos y su velocidad final es de 225 km/h. La versión con caja automática -como el de las fotos- alcanza los 100 km/h en 8,2 segundos y llega a los 210 km/h de final.


Los precios en Uruguay son U$S 69.900 para el manual y U$S 72.900 el automático. Para los que quieran más data técnica del auto, y el equipamiento que trae, en la nota lanzamiento está toda la información (ver nota) Arranco con las sensaciones que me dejó el 86.

En negro quizás no se aprecie tanto, pero en persona es mucho más atractivo que en fotos. Se presenta agazapado, más compacto de lo que aparenta e invita a subirse casi que seduciendo a cualquiera que se le cruce por delante. Llegué a contar 10 personas, en algo menos de una hora, que se pararon del lado de afuera del local a verlo mientras estábamos allí. Y eso que era un color oscuro, imaginen este auto en rojo o blanco y creo que habría una cola de gente en la puerta.

Las líneas son tensas y le marcan bien el músculo deportivo del auto. Le encontré tres detalles exquisitos: el remate trasero contenido por una tapa de baúl pequeña, las salidas de escape y el logo "86" incrustado en los guardabarros, con los dos cilindros horizontalmente opuestos, la característica de los motores boxer.


Para subir, en realidad más que hacer eso, hay que bajar. La delgada butaca va muy pegada al suelo y abraza fuerte al conductor. El volante es pequeño, pero de grip grueso y en este caso tenía las dos levas para el paso de cambios. Pero lo que más llama la atención del interior son dos cosas, el freno de mano casi que pegado al codo del conductor -los drifters de para bienes- y un tacómetro con una escala que va hasta las 9.000 vueltas. En contrapartida lo único que desentona es ver la misma radio que podemos encontrar en un Corolla. Pero dudo que alguien prefiera escuchar música cuando hay un boxer cantando bajo el capot. Otro detalle, pese a ser una unidad automática, el pomo del selector "miente" con uno más similar al de una caja manual.

A esta altura alguno preguntará ¿y las contras del auto? Solo una: las dos plazas traseras son casi inexistentes. El espacio a lo alto tampoco abunda, perdón, directamente no lo hay. Se va tocando la luneta con la cabeza. Intenté acomodar mi metro ochenta allí y la sensación que me dejó es la de ir sentado adentro de un cochecito de bebé, pero con mi cuerpo de adulto, claro está. En referencia a los niños, si bien hay anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles, dudo que ahí entre una butaca infantil. "2+2" es una cifra que advierte que el espacio trasero no es generoso.


A nuestro país llegó este primer 86 en color negro, caja automática y aún sin dueño. En octubre llegará el segundo, manual y blanco perlado, que ya tiene dueño y más adelante se espera otra unidad más. La demanda en el mundo es tan grande que llega a todos los mercados casi que en cuentagotas, y en el caso de Uruguay, tampoco será la excepción.

Galería: Primer Toyota 86 en Uruguay