miércoles, 10 de agosto de 2022

Probamos al Seat Tarraco: un español que habla perfecto alemán

Probamos durante cuatro días y casi 900 km al tercer SUV de la gama Seat, el Tarraco.

Evaluamos al producto que nos faltaba manejar de la gama actual de Seat en Uruguay. Se trata del Tarraco, el SUV compacto para siete pasajeros que la firma española produce lejos de su país de origen. Para ser exactos, a 1.389 km de distancia de Barcelona: en Wolfsburgo, Alemania, casa de Volkswagen.
Para los alemanes suele ser bastante fácil aprender español y cuando lo hablan, lo hacen bastante bien. Es un idioma que comparte raíces con el portugués y el italiano, siendo tres idiomas que casi que se pisan entre sí a veces. Pero por el contrario, el alemán es un incordio para aquellos que tenemos un origen latino en la sangre. Tiene conjugaciones raras, palabras impronunciables para los hispanohablantes y nos parece demasiado ajeno en términos de distancias geográficas como para tener alguna gana de querer aprenderlo.

Pese a esto, el alemán es la lengua materna más hablada en la Unión Europea. Pero solo es el idioma oficial en cuatro países que la integran: Alemania, Austria, Bélgica y Luxemburgo. También lo es en Suiza y Liechtenstein. Pero España casi que no tiene vínculos con todos estos países y en especial con Alemania, más allá de integrar la misma comunidad económica. Sin ir más lejos, ni siquiera son limítrofes. España limita al oeste con el océano Atlántico y Portugal; al norte con el mar Cantábrico, al noreste con Francia y Andorra, al otro lado de la cordillera de los Pirineos; al este con el mar Mediterráneo y al sur con Marruecos, en las fronteras de Ceuta y de Melilla en el continente africano.


Sin embargo, y dejando de lado la clase de geografía europea, España y Alemania tienen un vínculo automotriz desde 1986, mediante Seat, o la Sociedad Española de Automóviles de Turismo. A partir de esa fecha, la marca pertenece al Grupo Volkswagen, de origen alemán, claro está. En todo este tiempo, hubo solo dos productos de la firma de Barcelona que se produjeron en suelo germano. Uno era el Exeo, que no era otra cosa que un ejercicio -bastante poco exitoso- de "badge engineering" entre los años 2009 y 2013 desarrollado sobre el Audi A4 de tercera generación (también llamado B7).

El otro es el que nos convoca ahora, el Tarraco (ver lanzamiento). El segundo SUV que desarrolló Seat, en conjunto con otros dos modelos equivalentes de sus marcas hermanas, los Volkswagen Tiguan Allspace (ver prueba) y Škoda Kodiaq (ver nota). Si encuentran algún parecido con el Tiguan Allspace en sus trazos, no es casual. El Tarraco es la versión de Seat de aquel producto tan exitoso en nuestro mercado, dado que comparten la misma plataforma MQB-A+ así como también la posibilidad de tener un interior apto para cinco o siete pasajeros.


Pero a diferencia del Tiguan Allspace que acá comercializan, importado desde Puebla, México, el Tarraco solo se produce en una parte del mundo: Wolfsburgo, Alemania. El producto de Seat fue diseñado y desarrollado en las instalaciones de la compañía en Martorell y es producido junto a los Tiguan de su empresa madre en la casa matriz de Volkswagen para todo el mundo, dado que es la única planta que lo fabrica globalmente.

Entonces es válido decir que este Seat Tarraco es un Tiguan Allspace pero fabricado en Europa, con todo lo que ello implica en términos de calidad o que en lugar de ser un SUV que califica como regional, por el contrario, este es un extra-zona o importado del viejo continente. Casi como un español que habla un perfecto alemán. Es decir, algo poco visto. Ahora lo que importa, ¿es idéntico al Tiguan Allspace en todo o tiene un carácter propio? Lo sabremos en unos días más, cuando puedan leer el análisis completo.