Y un día el Acura NSX volvió al ruedo petrolhead. |
Tres años esperamos. Y diez para volver a verlo en escena. El NSX está de regreso y Acura -la división de lujo de Honda- no se anduvo con chiquitas. Híbrido a cuatro impulsores, siendo tres eléctricos y un naftero V6 bi-turbo. ¿Resultado? Más de 550 cv y el retorno de una leyenda nipona.
Puedo asegurarles que es uno de los productos que mayor expectativa venía causando para este Salón de Detroit, y a la vez, el modelo que menos nos sorprende a final de cuentas. ¿Contradictorio? No, para nada. Dejen que les explique un poco mi punto.
Acura viene anticipándonos hace tres (3) años este producto con diferentes evoluciones de un mismo concepto, algún que otro teaser para ir haciendo boca de los fanáticos, e incluso "se les ocurrió" cambiar la disposición del motor de transversal a longitudinal, porque son japoneses, y quién más perfeccionistas que ellos. Ah, me olvidaba, tomaron esa decisión a 18 meses del lanzamiento efectivo.
O sea, sí, era ansiedad por verlo terminado, pero también poca sería la sorpresa, al ser casi calcado a los prototipos que fuimos viendo desde que comenzó toda esta odisea. Así que acabado el culebrón de Acura con el retorno del NSX, vamos a conocerlo finalmente.
Para retomar el capítulo más deportivo de Acura, iniciado hace 25 años atrás, con Ayrton Senna metido en el desarrollo del primer NSX, la casa japonesa decidió realmente ponerse al día valiéndose de lo último en materia de hypercars. Y para más condimentos, este año la marca vuelve a la Fórmula 1 con McLaren.
Lo primero e importante, es que será por primera vez de producción norteamericana y no japonesa, fabricándose en la planta que Honda tiene en Marysvile, Ohio, Estados Unidos. Frente al último prototipo presentado en 2012, este NSX definitivo es 80 mm más largo y 25 más ancho, declarando ante el centímetro las siguientes cotas: 4.470 mm de largo, 1.940 mm de ancho y apenas 1.215 mm de alto. La batalla está en los 2.630 milímetros, mientras que las trochas delanteras y traseras son de 1.655 y 1.615 mm respectivamente.
La construcción tiene bastantes puntos interesantes a destacar. Emplea fibra de carbono en la base y techo de la carrocería, con piezas de fundición de aluminio en la estructura, con el fin de bajar el peso, pero tampoco comprometer la rigidez torsional del conjunto. En el pilar A, por ejemplo aparece un proceso de fabricación hasta ahora inédito, y es que en lugar de estampar la pieza de acero, se utiliza ese material, pero en lugar de una prensa, se valen de una impresora 3D.
A nivel de chasis lleva todos los brazos de suspensión (independiente en ambos ejes) en aleación de aluminio, mientras que el resto de las piezas de ambos trenes de rodaje están elaborados en aluminio forjado. Los frenos son carbonocerámicos y corren por la cuenta de Brembo, nada menos. Los paneles de la carrocería, en tanto, están fabricados con aluminio y sheet molding composite (SMC).
Habiendo repasado eso, creo que quedó claro que Acura buscaba un peso bajo, aunque por ahora no se declaró qué tan bajo es. Los neumáticos no son para nada pequeños. Lleva unos Continental ContiSportContact en medida 245/35Z R19 adelante y 295/30Z R20 atrás, con llantas forjadas en aluminio, en qué otro material sino ese.
Puertas adentro es igual de espectacular que por fuera. Si bien mantiene ese ambiente típicamente Honda, sin estridencias, pero siempre buscando hacer las cosas de manera diferente, el nuevo NSX nos da la bienvenida con un cockpit pensado pura y exclusivamente en la cabeza del conductor. Acura habla de un habitáculo para darle ambiente al piloto, y tras verlo, no quedan dudas.
Las butacas son envolventes y la consola central hacen que el afortunado que vaya sentado al volante tenga el máximo control e información posible. El instrumental es completamente digital en TFT y por detrás del aro del volante aparecen dos levas en aluminio bastante largas, como para poder pasar los cambios.
Pero dejémonos de dar vueltas. A los motores, he dicho. Hay cuatro, de los cuales como ya dije en el colgado de la nota, tres son eléctricos y uno térmico. Arranquemos por él. Es un impulsor ubicado longitudinalmente y en posición central-trasera, montado a 75º, V6, bi-turbo, que va acoplado al eje posterior mediante una transmisión automática secuencial de dos embragues y nueve relaciones.
Acura no declara la cilindrada de esta mecánica, pero sí su potencia: 550 cv. A esto hay que sumarle las cifras que arrojarán los tres motores eléctricos encargados de transformar al NSX en un híbrido, y que a su vez, mueven al eje delantero, convirtiéndolo así en un modelo con tracción a las cuatro ruedas. Mediante el sistema Super-Handling All-Wheel Drive (SH-AWD) que trabaja con el control vectorial del par del vehículo en ambos ejes, Acura promete un comportamiento en curvas que dejarán a este hypercar nipón en lo más alto de la categoría.
El primer motor eléctrico va situado entre el motor y la transmisión, entregando potencia para acelerar, frenar y el pasaje de cambios. El eje delantero, en tanto, lleva a los otros dos impulsores, que se encargan de mover a las ruedas entregando una respuesta inmediata y dirección en curva a través del uso del torque.
Adicionalmente, el NSX cuenta con cuatro modos de conducción: Quiet, Sport, Sport+ y Track. Cada uno de ellos presenta configuraciones específicas sobre el motor, la transmisión, la respuesta del chasis, y el sonido del motor. Además, cuenta con un quinto ajuste, el de la función Launch, que suma la fuerza de los cuatro motores para partir desde parado y según dicen, la sensación que arroja es la de un Fórmula 1 largando en pista. ¿Alguien me puede invitar para comprobarlo? Es en nombre de la ciencia.
Video: The New Acura NSX: A Legacy Perfected
Video: Engineering A Dream: The Acura NSX