Así es la séptima generación del Chevrolet Corvette. V8 6.2 con 450 cv de puro músculo yankee. |
Creo que no hace falta aclarar que estamos ante uno de los lanzamientos más importantes del año a nivel global, y por eso le damos el destaque que se merece, además de ser la vedette del Salón de Detroit 2013. Por ese motivo, esta semana no hay sitio web, revista o entusiasta del automóvil que no esté hablando de este modelo, y nosotros no podíamos quedar afuera, por eso conozcamos al Chevrolet Corvette Stingray 2014.
Borrón y cuenta nueva, aunque mirando al pasado
Lo primero que les llamará la atención, más allá del diseño exterior es el nombre "Stingray" originalmente nacido en la segunda generación del modelo (C2) en el año 1963 y que remitía al diseño de la luneta, que evocaba a la cola de una mantarraya (Stingray en inglés).
Previo a sumergirme en el diseño tengo que admitir que está infinitamente mejor logrado que el C6, y hasta podría decirles que me gusta bastante. Ahora sí, sacándome el traje de petrolhead hay que decir que el exterior es un cambio radical frente a la generación previa, e incluso a toda la historia del modelo. Su carrocería está compuesta por fibra de carbono, de vidrio, aluminio y magnesio.
Pese al cambio se distingue desde lejos que estamos ante un Corvette. El frontal largo y agazapado, la entrada de aire baja, y grupos ópticos con un diseño agresivo y luces LED diurnas que los delinean por debajo, son las firmas indiscutibles de diseño de este mítico nombre. Algunos podrían decir que también hay mucha inspiración en el nuevo Viper, y no se les podría llamar locos tampoco.
Lateralmente también es muy Corvette, con la cabina llevada lo más cerca posible del eje posterior, producto del extenso capot, y la superficie vidriada colocada sobre la carrocería como si fuera una cabina de un jet de caza. Sin embargo, pese a estos guiños a sus generaciones previas, hay cambios bastante radicales y los primeros empiezan por las ventanillas traseras, que aparecen después de muchos años en el Vette.
El perfil se define musculoso, producto de unos hombros marcados sobre el parante C que contemplan sendas rejillas sobre las ruedas traseras con el fin de refrigerar esa zona. También hay otras aberturas para las ruedas delanteras, así como para el motor en la parte inferior del capot. Un detalle exquisito es el logo de la mantarraya al lado de las entradas de aire laterales.
La retaguardia será el punto que más discusiones levantará sin dudarlo. Es diferente a cualquier otro Corvette que hayamos visto, no solo por el corte trunco, sino por la disposición -y diseño- de las ópticas posteriores LED así como de las salidas de escape, agrupadas en el centro con cuatro generosos tubos de acero inoxidable con un importante difusor de aire, que toma del concept Corvette Stingray del año 2009.
Si tomamos la cinta métrica veremos que el Corvette Stingray mide: 4.495 mm de largo, 1.877 mm de ancho, 1.235 mm de alto y una distancia entre ejes de 2.710 mm. La distribución de pesos es perfecta, con 50/50 adelante y atrás respectivamente. Un detalle que pasé por alto son los neumáticos, especialmente diseñados por Michelin para este modelo, con las medidas 245/50 R18 delante y 285/35 R19 atrás, con opción de crecer hasta 245/35 R19 y 285/30 R20 -adelante y atrás respectivamente- con el paquete Z51.
Un habitáculo como el que se merecía un modelo así
Si alguno recuerda el interior del Corvette C6, lo primero que notará es que era un habitáculo anacrónico, de terminaciones pobres para un modelo de esta talla y hasta se podía decir que no se lo merecía. Bueno, la gente de GM parece haber revisado eso al máximo para este C7 y el resultado es notable. Ahora el Corvette puede ponerse a la par en este sentido a los últimos deportivos europeos. Nuevamente acá se nota cierta inspiración a sus rivales, como por ejemplo el Audi R8, especialmente por la disposición de los elementos en la cabina.
Se puede apreciar un diseño más elaborado y desde las imágenes podemos anticipar que hay una mejora en los materiales utilizados. Volante de reducido diámetro -360 mm- y selector de cambios van muy cerca entre sí, y da la sensación que el conductor va "abrazado" por el habitáculo. El instrumental se destaca por un gran display LCD y el aluminio y la fibra de carbono ambientan el espacio. Al igual que en el C6, este C7 lleva de serie el Head Up Display.
Otros detalles del interior son los asientos, que cuentan con dos opciones, una GT destinada al confort, y otra con menos mullido y más soporte al cuerpo. Tienen tanto calefacción como ventilación para ambos ocupantes y la estructura en los dos casos está realizada en magnesio.
Si hay que hablar de los equipamientos, no le falta nada: hay control de velocidad crucero, luces automáticas, instrumentación digital/analógica, freno de estacionamiento eléctrico -enemigo eterno del hooning-, conectividad a Internet y Bluetooth, pantalla táctil con navegador integrado, entre otros ítems que llenarían otra nota igualmente larga a esta.
A su vez, como es un vehículo pensado para el conductor, se disponen de un selector de modos de manejo, denominado por Chevrolet como Driver Mode Selector, que permite cinco seteos: Weather, Eco, Tour, Sport y Track, que modifican el comportamiento del vehículo según se lo quiera usar para andar tranquilo o haciendo una quema de neumáticos cual piquetero. No hace falta decir que también cuenta con Launch control para salir disparado sin perder la tracción en el intento.
Más potencia y nuevas transmisiones, incluyendo una manual de séptima
Finalmente hablaré del corazón de la mantarraya. El nuevo Stingray lleva bajo su eterno capot un impulsor realizado completamente en aluminio con 6.162 cc de cilindrada -376 pulgadas cúbicas para los yankees- V8, con 450 cv de potencia y 610 Nm de par máximo, ambas cifras "estimadas" por Chevrolet. Los únicos datos que se divulgaron hasta el momento son la aceleración de 0-100 km/h, que está en el orden de los cuatro segundos, y el consumo de 9 l/100 km en ciclo mixto. A su vez, con el fin de ahorrar algunos litros de combustible, este V8 de "block compacto" como dicen los norteamericanos, lleva el sistema de desactivación de cuatro de los ocho cilindros en condiciones de manejo "amables" con el medio ambiente.
El nuevo Corvette se dividirá en dos versiones, la LT1 -o "normal" y la Z51, algo más radical, con suspensión ajustable de fluidos magnéticos, diferencial trasero eLSD, un alerón trasero mayor, más fuerza descendente a alta velocidad, relaciones de marchas más cortas, amortiguadores Bilstein, llantas de 19 pulgadas delante y 20 detrás, como dije más arriba, sistema de frenos ventilados con entradas de aire específicas, un alerón trasero más grande, frenos Brembo con discos de 320 mm adelante y 338 mm atrás, entre otros ítems.
El V8 de 6,2 litros se asocia a dos posibles transmisiones. Una es una automática Hydra-Matic con convertidor de par, seis relaciones y accionamiento por levas en el volante. La otra es una manual de siete -sí, leyeron bien, siete, como el último Porsche 911- relaciones marca Tremec, que además cuenta un sistema llamado Active Rev Match, que no es otra cosa que un emulador automatizado del famoso "punta-taco", algo similar a lo que tiene el Nissan 370Z, por ejemplo.
Para terminar con este extenso informe del Corvette, les dejo la presentación en el Salón de Detroit 2013, el pasado domingo a la noche. Vayan directo al minuto 21:33 para comenzar a ver el evento desde el Cobo Center.
Video: 2014 Corvette Live Reveal
Previo a sumergirme en el diseño tengo que admitir que está infinitamente mejor logrado que el C6, y hasta podría decirles que me gusta bastante. Ahora sí, sacándome el traje de petrolhead hay que decir que el exterior es un cambio radical frente a la generación previa, e incluso a toda la historia del modelo. Su carrocería está compuesta por fibra de carbono, de vidrio, aluminio y magnesio.
Pese al cambio se distingue desde lejos que estamos ante un Corvette. El frontal largo y agazapado, la entrada de aire baja, y grupos ópticos con un diseño agresivo y luces LED diurnas que los delinean por debajo, son las firmas indiscutibles de diseño de este mítico nombre. Algunos podrían decir que también hay mucha inspiración en el nuevo Viper, y no se les podría llamar locos tampoco.
Lateralmente también es muy Corvette, con la cabina llevada lo más cerca posible del eje posterior, producto del extenso capot, y la superficie vidriada colocada sobre la carrocería como si fuera una cabina de un jet de caza. Sin embargo, pese a estos guiños a sus generaciones previas, hay cambios bastante radicales y los primeros empiezan por las ventanillas traseras, que aparecen después de muchos años en el Vette.
El perfil se define musculoso, producto de unos hombros marcados sobre el parante C que contemplan sendas rejillas sobre las ruedas traseras con el fin de refrigerar esa zona. También hay otras aberturas para las ruedas delanteras, así como para el motor en la parte inferior del capot. Un detalle exquisito es el logo de la mantarraya al lado de las entradas de aire laterales.
La retaguardia será el punto que más discusiones levantará sin dudarlo. Es diferente a cualquier otro Corvette que hayamos visto, no solo por el corte trunco, sino por la disposición -y diseño- de las ópticas posteriores LED así como de las salidas de escape, agrupadas en el centro con cuatro generosos tubos de acero inoxidable con un importante difusor de aire, que toma del concept Corvette Stingray del año 2009.
Si tomamos la cinta métrica veremos que el Corvette Stingray mide: 4.495 mm de largo, 1.877 mm de ancho, 1.235 mm de alto y una distancia entre ejes de 2.710 mm. La distribución de pesos es perfecta, con 50/50 adelante y atrás respectivamente. Un detalle que pasé por alto son los neumáticos, especialmente diseñados por Michelin para este modelo, con las medidas 245/50 R18 delante y 285/35 R19 atrás, con opción de crecer hasta 245/35 R19 y 285/30 R20 -adelante y atrás respectivamente- con el paquete Z51.
Un habitáculo como el que se merecía un modelo así
Si alguno recuerda el interior del Corvette C6, lo primero que notará es que era un habitáculo anacrónico, de terminaciones pobres para un modelo de esta talla y hasta se podía decir que no se lo merecía. Bueno, la gente de GM parece haber revisado eso al máximo para este C7 y el resultado es notable. Ahora el Corvette puede ponerse a la par en este sentido a los últimos deportivos europeos. Nuevamente acá se nota cierta inspiración a sus rivales, como por ejemplo el Audi R8, especialmente por la disposición de los elementos en la cabina.
Se puede apreciar un diseño más elaborado y desde las imágenes podemos anticipar que hay una mejora en los materiales utilizados. Volante de reducido diámetro -360 mm- y selector de cambios van muy cerca entre sí, y da la sensación que el conductor va "abrazado" por el habitáculo. El instrumental se destaca por un gran display LCD y el aluminio y la fibra de carbono ambientan el espacio. Al igual que en el C6, este C7 lleva de serie el Head Up Display.
Otros detalles del interior son los asientos, que cuentan con dos opciones, una GT destinada al confort, y otra con menos mullido y más soporte al cuerpo. Tienen tanto calefacción como ventilación para ambos ocupantes y la estructura en los dos casos está realizada en magnesio.
Si hay que hablar de los equipamientos, no le falta nada: hay control de velocidad crucero, luces automáticas, instrumentación digital/analógica, freno de estacionamiento eléctrico -enemigo eterno del hooning-, conectividad a Internet y Bluetooth, pantalla táctil con navegador integrado, entre otros ítems que llenarían otra nota igualmente larga a esta.
A su vez, como es un vehículo pensado para el conductor, se disponen de un selector de modos de manejo, denominado por Chevrolet como Driver Mode Selector, que permite cinco seteos: Weather, Eco, Tour, Sport y Track, que modifican el comportamiento del vehículo según se lo quiera usar para andar tranquilo o haciendo una quema de neumáticos cual piquetero. No hace falta decir que también cuenta con Launch control para salir disparado sin perder la tracción en el intento.
Más potencia y nuevas transmisiones, incluyendo una manual de séptima
Finalmente hablaré del corazón de la mantarraya. El nuevo Stingray lleva bajo su eterno capot un impulsor realizado completamente en aluminio con 6.162 cc de cilindrada -376 pulgadas cúbicas para los yankees- V8, con 450 cv de potencia y 610 Nm de par máximo, ambas cifras "estimadas" por Chevrolet. Los únicos datos que se divulgaron hasta el momento son la aceleración de 0-100 km/h, que está en el orden de los cuatro segundos, y el consumo de 9 l/100 km en ciclo mixto. A su vez, con el fin de ahorrar algunos litros de combustible, este V8 de "block compacto" como dicen los norteamericanos, lleva el sistema de desactivación de cuatro de los ocho cilindros en condiciones de manejo "amables" con el medio ambiente.
El nuevo Corvette se dividirá en dos versiones, la LT1 -o "normal" y la Z51, algo más radical, con suspensión ajustable de fluidos magnéticos, diferencial trasero eLSD, un alerón trasero mayor, más fuerza descendente a alta velocidad, relaciones de marchas más cortas, amortiguadores Bilstein, llantas de 19 pulgadas delante y 20 detrás, como dije más arriba, sistema de frenos ventilados con entradas de aire específicas, un alerón trasero más grande, frenos Brembo con discos de 320 mm adelante y 338 mm atrás, entre otros ítems.
El V8 de 6,2 litros se asocia a dos posibles transmisiones. Una es una automática Hydra-Matic con convertidor de par, seis relaciones y accionamiento por levas en el volante. La otra es una manual de siete -sí, leyeron bien, siete, como el último Porsche 911- relaciones marca Tremec, que además cuenta un sistema llamado Active Rev Match, que no es otra cosa que un emulador automatizado del famoso "punta-taco", algo similar a lo que tiene el Nissan 370Z, por ejemplo.
Para terminar con este extenso informe del Corvette, les dejo la presentación en el Salón de Detroit 2013, el pasado domingo a la noche. Vayan directo al minuto 21:33 para comenzar a ver el evento desde el Cobo Center.
Video: 2014 Corvette Live Reveal