El lado oscuro de la estrella: Brabus G 63 AMG

viernes, 16 de noviembre de 2012



Paint it black: Brabus tomó un G63 AMG y le aumentó la potencia a su V8 5.5 hasta los 620 cv.
Brabus, empresa encargada de preparar de fábrica algunos Mercedes-Benz acaba de echar mano sobre el SUV G63 AMG, que ahora pasa de ser un simple tanque veloz de 544 cv, a una verdadera aplanadora alemana, con 620 cv bajo su capot y 800 Nm de torque. Más datos, a continuación.

La exclusividad y el incoformismo son dos variables que manejan a los vehículos de este tipo. Si algo como el G63 AMG, que con su motor V8 bi-turbo de 544 cv de potencia y 760 Nm de torque no fueran suficientes, siempre están los maniáticos muchachos de Brabus, prontos para darle un poquito más de fibra a los productos de la estrella, en este caso, sobre uno ya modificado por la firma AMG.

Este Brabus G63 AMG, como decía, parte de la base del homónimo de Mercedes-Benz -bueno, es el mismo modelo incluso- pero ve modificado dos aspectos: estético y mecánico. En relación al primero, podemos apreciar elementos como las cuatro anabolizadas llantas de 23 pulgadas con nueve radios dobles y pintadas de negro, que por detrás esconden unos generosos frenos de disco ventilados que van mordidos por calipers en color amarillo.
 
 
Después, el otro aspecto que cambia frente al G63 domesticado es que carece del auxilio colgado en el portón trasero, dejando un aspecto más cuadrado de lo que ya es el Geländewagen. Los cromados parecen ser mala palabra para Brabus, ya que ni siquiera los emblemas van en esa terminación, son negros y en un acabado opaco, acentuando ese aspecto de chico malo. El otro elemento a destacar son las salidas de escape laterales, habiendo dos de cada lado, escondidas por debajo de los estribos.

De todas formas, lo más importante viene debajo del cuadrado capot del G63. Partiendo del V8 5.5 bi-turbo de Mercedes-Benz, Brabus llevo la potencia de 544 a 620 cv, en tanto que el torque aumentó en 40 Nm para llegar hasta los 800 Nm. El preparador alemán declara un 0-100 km/h en 5,1 segundos y llega a los 230 km/h de máxima (210 km/h limitada electrónicamente en el Mercedes G63 AMG convencional)


Todos estos cambios llegan gracias a la instalación de un intercooler optimizado, una ECU más permisiva, además de un sistema escape deportivo construído en aleación de titanio, con una válvula que permite variar el sonido a gusto del conductor. El otro aspecto mecánico destacado es la incorporación de una suspensión más firme que en el G63 AMG convencional, además de mantener la regulación neumática, al igual que el modelo normal.