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| El Superturismo by Cosworth realizó una jornada de track day denominada Sponsor Day y allí estuvimos. |
Mientras muchos aprovecharon el calor del fin de semana para empezar las primeras expediciones a la playa, y otros a quejarse de "la calor", algunos loquitos preferimos irnos a un lugar donde prima el asfalto, la poca sombra, y el olor a vapor de combustible.
Gracias a la invitación de Rafael Fernández, co-director del Superturismo by Cosworth, algunos afortunados pudimos ir al autódromo de El Pinar a pasar una mañana de sábado entre amigos, colegas, y pilotos de la categoría de pista que más relevancia tuvo en este 2015.
Como bien sabrán, y sino, se los recuerdo, si bien participan varias marcas de esta categoría, se trata de una monomarca de motores. Los impulsores son Cosworth (británicos) de 4 cilindros y 2.000 cc con 225 cv de potencia, que a su vez, son derivados del conocido motor Duratec 2.0 de Ford.
La caja de cambios secuencial de competición pertenece a la marca francesa Sadev, cuenta con seis relaciones además de llevar el sistema "power shift", que permite la entrada del cambio sin levantar el pie del acelerador- y adicionalmente lleva un diferencial autoblocante.
El sábado estaban los tres Accent Hatch del equipo Hyundai, pilotados por Alfredo Mariño, Fabricio Larratea, y Carlo Espósito. El plan del día era esperar en boxes al turno de cada invitado para dar una vuelta, y al bajarse, les esperaban refrescos y alimentación para recuperar las energías perdidas en pista para los dos ocupantes, piloto y copiloto.
Otra de las dichas que tuve ese día, fue poder ir de copiloto de Alfredo Mariño. Para aquellos que no lo conozcan, fue campeón del Superturismo en tres ocasiones consecutivas (1997-1998-1999), en el año 2000 corrió en el TC 2000 con Mitsubishi siendo el primer extranjero en subir al podio, y durante los años en que participo en Superturismo, siempre estuvo entre los 10 primeros del ranking, habiendo ganado en su historia nada menos que 23 carreras.
Si bien uno suele ver a los pilotos siempre transpirados luego de una carrera, lo del sábado era cuasi inhumano. Al tener que llevar mameluco y casco reglamentarios, el calor que había en la pista se multiplicaba por diez adentro del auto. Si bien en mi caso solo llevé puesto el casco (quedando como la Hormiga Atómica, pero con barba), de todas formas era un ambiente abrasador, ya que solo apoyar los pies en el parallamas del Accent generaba un calor equivalente a pisar arena descalzo. Al mediodía. En Atacama.
No puedo decir nada de Mariño al volante que ninguno que haya visto alguna carrera donde participó, no sepa. Llevaba a ese Accent rebotando por los pianos y de costado (literalmente) en cada curva. Si bien tuve otras chances en mi vida de ir de acompañante en otros circuitos, e incluso al volante y a más velocidad, la sensación de que un piloto de verdad te lleve así, no se compara con nada que otros simples mortales intentemos igualar.
Mientras encaraba las rectas, iba serio como perro en bote. Pero cuando Mariño encaraba las curvas, haciendo que el Hyundai surfeara por encima de los pianitos de El Pinar, me comenzaba a reír sin parar en las primeras ocasiones. No eran nervios, ni por asomo. Era asombro. En un caso similar, pero con un novato al volante, a la segunda curva el Accent ya se habría convertido un mural de guardrail. Al encarar el final de la primera vuelta (fueron dos), ya el calor era una anécdota, al menos para mi. Alfredo chorreaba agua como si estuviera haciendo un ice bucket challenge. Pero con sudor.
Pero como dije al principio: a quejarse del calor, a la feria o la peluquería. Al autódromo se va a pasarla bien. Es por eso que subí al Hyundai, me puse el casco, el cinturón de cinco puntas, prendí la GoPro, y a simplemente me dediqué a disfrutar la vuelta, como noté que también lo hizo Mariño. Ahora dejo de escribir para que ustedes puedan hacerlo también, subiendo el volumen al máximo.
Video: #SponsorDay del Superturismo by Cosworth (cámara on board Alfredo Mariño)
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