lunes, 7 de enero de 2019

Probamos al Chevrolet Spin: rivalidad entre familias

Probamos al Chevrolet Spin con motivo de la última actualización que tuvo este MPV de segmento B.
Para comenzar con las evaluaciones del 2019, tenemos a uno de los últimos lanzamientos del año que terminó. Se trata de la primera actualización profunda del Chevrolet Spin, que ahora recibe un diseño más pulido así como mejoras en términos de equipamientos. Pero antes de la prueba, va el adelanto.

En un mercado donde los SUVs son la estrella, la existencia de los MPVs está cada vez más amenazada. Sin embargo, marcas como Chevrolet siguen apostando por este tipo de productos pensados para las familias. Un ejemplo de esto es el Spin (ver lanzamiento), que no solo se acaba de renovar, sino que además sigue siendo uno de los pocos exponentes del segmento de MPVs chicos a nivel mundial.

Es que este concepto, nacido a mediados de los años ochenta, ya está en plena retirada para satisfacer las necesidades y gustos de muchos consumidores que buscan un producto de corte familiar, pero que por irse atrás de los diseños y estilos "aventureros" de los SUVs, muchas veces se olvidan que no hay arquitectura más pensada para tales usos que un MPV o una rural.


Los MPVs y los monovolúmenes, como tales, nacieron como la evolución de las station wagon expandiendo el concepto de practicidad y modularidad a terrenos donde las rurales nunca habían podido ingresar. Elementos como filas de asientos que se pliegan, rebaten, reclinan, deslizan o hasta incluso quitan, filas de asientos que se pueden combinar con la carga, portaobjetos pensados para los más chicos o espacio para llevar hasta siete pasajeros siempre fueron sus argumentos de venta más sólidos.

El Spin con su última renovación, combina todo eso, pero fue recién ahora supo combinarlo además con un diseño un poco más atractivo. Entonces el "combo familiar" que ofrece es bastante más interesante que antes si consideramos que es un producto que tiene el tamaño y precio de un SUV, como puede ser el Tracker (ver prueba), que dicho sea de paso, comparte plataforma y transmisión, pero con la practicidad de poder llevar hasta siete pasajeros.


Hoy General Motors Uruguay no busca hacer grandes volúmenes con el Spin, es más, apuntan a unas 200 unidades por año, pero a un precio de U$S 26.690, queda apenas a 300 dólares más que un Tracker casi con la misma configuración, pero sumándole una tercera fila de asientos, mayor modularidad de pasajeros y carga, e incluso hasta casi los mismos equipamientos tanto de confort como de seguridad, que son igual de magros en los dos casos: apenas dos airbags y sin controles de tracción/estabilidad.

Como ya habrán leído más de una vez en mis informes, soy un defensor de la primera hora de las station wagon y un poco menos de los monovolúmenes y MPVs, pero los antepongo como concepto de practicidad condensada de "combo familiar agrandado" frente a los SUVs chicos por diversos motivos. Pero que serán explicados, como ya es un clásico, en la evaluación completa que podrán leer por acá en unos días más.