El Fiesta Kinetic se posiciona como el más seguro de su segmento por una gran ventaja. |
No voy a repasar toda la historia del Fiesta porque es larga. Por suerte el año pasado el Fiesta cumplió 35 años de vida, y en su momento Facundo hizo una nota que resume con lo justo lo que hay que saber al respecto (ver nota).
Saltándome los primeros cinco capítulos del libro, vayamos directo a esta sexta evolución del modelo chico del óvalo. Nació en 2008 en Europa, inspirado en el Verve Concept, y hoy se fabrica en Reino Unido, España, Alemania, China, Vietnam, Venezuela, India, Taiwan, Tailandia, Brasil, y México, siendo este último país desde donde se abastece a gran parte del continente americano, a partir del año 2009, procedente desde la planta de Cautitlán.
Nacido de la plataforma global de Ford para el segmento B, llamada B3, un año más tarde se comenzó a comercializar en varios mercados americanos, incluidos los de los Estados Unidos y Canadá, países en donde el Fiesta aparecía por primera vez, como parte de una estrategia de vehículos globales de la marca denominada "One Ford".
A nuestro país iba a llegar en 2011, año en el que tuvimos un breve contacto en Punta del Este (ver nota), luego en 2012 (ver nota), pero la demora se alargó hasta octubre de 2013, cuando se presentó ya con la primera actualización estética de este Fiesta Kinetic Design (ver nota), que consta de un nuevo frontal, renovadas llantas y algunos cambios más en el interior. El motor se mantuvo, con el 1.6 16v de 120 cv.
Hoy se comercializa en dos carrocerías, sedán con la caja automática secuencial de seis relaciones y doble embrague robotizado denominada PowerShift, y el hatchback con una manual de quinta, como la que probamos hace algunas semanas atrás. Ambas llegan con un solo nivel de equipamiento denominado SE Plus. Los precios son 26.990 y 28.990 dólares para cinco y cuatro puertas respectivamente. La garantía es de 2 años o 50.000 km. Sin más, comencemos con la prueba.
EXTERIOR
Pese a tener unos años encima, este Fiesta Kinetic tuvo un pasaje por el quirófano hace algo menos de uno. Y honestamente, aunque hubiera mantenido todo igual, seguiría luciendo muy actual. Esta nueva estética "a lo Aston Martin" le queda mucho mejor a mi gusto, y la enorme parrilla le hace mucha más justicia en persona que en fotos. La trompa es baja y más refinada que en la versión anterior que acá llegó en cuentagotas (ver nota). Solo arruina un poco la estética el portapatentes que le roba algo del encanto que tiene, pero eso no es culpa de los diseñadores, sino de las normativas de tránsito.
El Kinetic Design es una parte tan importante en el abanico de atributos del Fiesta, que incluso le da nombre al modelo. Los trazos de la carrocería dan un resultado más que atractivo y es uno de los tantos argumentos de venta que tiene. El lateral posee una línea de cintura elevada, que otorga dinamismo y se va elevando, a medida que se va llegando al remate trasero, mientras el techo va bajando hasta encontrarse con las ópticas traseras.
Los espejos contienen a los guiños laterales y tienen un visor de punto ciego integrados, que ayudan mucho en ruta. Las llantas son de aleación de 15” en esta versión SE Plus, y están montadas sobre neumáticos Hankook Optimo H426 en medida 185/60 R15 de un desempeño ejemplar.
El remate trasero, que en mi caso siempre fue el mejor ángulo del Fiesta Kinetic se mantuvo casi sin cambios. El "casi" viene porque las ópticas ahora cuentan con una nueva disposición interna, aunque mantienen la misma forma. La luneta sigue siendo pequeña, y cuando viajan adultos atrás, compromete en parte la visión hacia posterior, en especial en los 3/4 traseros.
Con la cinta métrica en mano, veamos el tamaño del Fiesta. Mide 4,056 m de largo, 1,722 m de ancho y 1,476 m de alto. En tanto que la distancia entre ejes es de 2,489 metros. La otra variante, el Sedán, solo se diferencia en su longitud, siendo 35,1 cm más largo, producto de un voladizo trasero más generoso.
INTERIOR
Adentro el diseño también se apodera del habitáculo. Respecto al Fiesta que manejé hace tres años -hoy me parece una eternidad- hubo un par de retoques mínimos en materia de diseño, pero la ergonomía y la excelente calidad de fabricación y materiales, con plásticos blandos en la mayor parte de la consola, por suerte sigue siendo la misma de siempre. ¡Viva México!
La posición de manejo es muy cómoda y cualquiera podrá sentarse a gusto, porque las regulaciones de volante (altura y profundidad) y butaca (altura y longitudinal) que ofrece el Fiesta son generosas en todas las direcciones. Los asientos delanteros sujetan solo bien al cuerpo, porque las mismas no tienen mucho soporte lateral, pero sí son bastante firmes -sobre todo el respaldo- y no cansan tanto en viajes largos. Los pedales tienen un tacto ideal, en especial embrague -de recorrido corto- y acelerador, en tanto que el de freno es algo esponjoso.
El instrumental lleva tres relojes con aguja, tacómetro, velocímetro y cantidad de combustible en el tanque, mientras que en un display digital van la computadora de a bordo, y un medidor para la temperatura de agua del motor, algo que el Fiesta KD de primera generación, jamás tuvo.
La consola central está dominada por un mega-teclado con teclas grandes y claras, que nos permiten manejar la pantalla de 3,5" que va en la parte superior. Allí podemos comandar las funciones del sistema Sync para dispositivos externos, la conectividad Bluetooth, y además dar comandos de voz para audio y telefonía, presionando un botón en el volante. Lleva un rato acostumbrarse, pero luego es muy práctico.
Otras funciones que nos da esta pantalla son la desconexión del asistente para arranque en pendientes, el control de estabilidad -que como veremos en la parte 2, no se desconecta realmente-, y el sistema MyKey, que permite gestionar funciones del vehículo desde una llave secundaria. ¿Cómo funciona? Este video lo explica claramente.
El punto más crítico del Fiesta es el ajustado espacio trasero. Dos adultos de hasta 1,70 m estarán bien a lo ancho, pero justos a lo largo y alto, mientras que si pasan esa talla, directamente se sentirán apretados en todas las direcciones. Un tercer pasajero trasero solo podrá considerarse para viajes muy cortos. En contrapartida, hay que destacar que quienes vayan atrás irán seguros, ya que hay tres apoyacabezas, cinturones inerciales de tres puntos, y anclajes LATCH y TopTether para sillas infantiles. Diez puntos en eso.
Pasando al baúl tenemos 281 litros de capacidad, es decir, una medida promedio en el segmento. Ofrece la posibilidad de ampliar ese volumen hasta los 719 litros, rebatiendo los respaldos traseros en proporción 60:40. Debajo del piso está la rueda de auxilio en medida 125/80 D15, es decir, del tipo temporario.
Pasando al baúl tenemos 281 litros de capacidad, es decir, una medida promedio en el segmento. Ofrece la posibilidad de ampliar ese volumen hasta los 719 litros, rebatiendo los respaldos traseros en proporción 60:40. Debajo del piso está la rueda de auxilio en medida 125/80 D15, es decir, del tipo temporario.
MOTOR
A nivel mecánico el Fiesta Kinetic se vale de un impulsor que pertenece a la familia Sigma. Tiene una cilindrada de 1.596 cc, doble árbol de levas a la cabeza, sistema de apertura variable de válvulas hidráulico, denominado Ti-VCT (Twin independent-Variable Camshaft Timing) y 16 válvulas.
Produce 120 cv a las 6.000 rpm, y un torque máximo de 152 Nm se entrega a las 4.200 rpm. Y es aquí donde radica una de las críticas famosas de esta mecánica. Al tener el par motor tan arriba, a bajas vueltas se lo percibe algo perezoso, pero como veremos en la parte 2, eso es más responsabilidad de las relaciones de caja largas que priorizan buenos consumos, que del impulsor en sí. En tanto, en el régimen medio y alto, por arriba de las 3.000 rpm, el 1.6 muestra de mejor manera todo su potencial, siendo un motor progresivo y brioso.
Es una mecánica muy silenciosa por debajo de las 4.000 vueltas, y cuanto más nos acerquemos a la zona roja del tacómetro, se hace algo más presente en el interior del auto. Otra de las virtudes del Fiesta, es que el habitáculo está muy bien insonorizado, no solo del motor, sino también del viento.
Es una mecánica muy silenciosa por debajo de las 4.000 vueltas, y cuanto más nos acerquemos a la zona roja del tacómetro, se hace algo más presente en el interior del auto. Otra de las virtudes del Fiesta, es que el habitáculo está muy bien insonorizado, no solo del motor, sino también del viento.
Ford no declara prestaciones como aceleración de 0 a 100 km/h, o velocidad final, pero sí lo hace con los consumos. En ciudad declara 8,1 litros cada 100 km, en ruta mejora con unos excelentes 6 l/100 km, mientras que en ciclo mixto consigue unos 7,5 l/100 km. En nuestras mediciones pudimos obtener 7,4 litros cada 100 km en ciudad, y 6,8 l/100 km en ruta, lo cual es bastante bueno para un vehículo con 120 cv. El depósito de combustible tiene 47 litros.
Galería: Ford Fiesta Kinetic SE Plus
Prueba: Ford Fiesta Kinetic SE Plus 1.6 (Parte 2)