Probamos al MINI Countryman: combo agrandado

martes, 6 de junio de 2017



Estuvimos evaluando durante cinco días y más de 1.000 kilómetros a la segunda generación del MINI Countryman.
Luego de casi tres años de no probar ningún producto de MINI, con la excusa de la llegada a Uruguay de la segunda generación del Countryman, volvimos a evaluar un modelo de esta marca británica. Pero antes analizaremos si cuanto más grande es algo, mejor es en este adelanto de test.

En el año 2004 el cineasta estadounidense Morgan Spurlock realizó un documental llamado "Super Size Me" en donde busca demostrar los daños físicos que produce consumir lo que vulgarmente llamamos "comida rápida", cómo es una adicción para algunos y de qué forma afecta la alimentación de una persona saludable, siendo el caso a mostrar Spurlock mismo, que utiliza su cuerpo durante meses como conejillo de indias para probar su teoría.

Al igual que en el mundo de la gastronomía, el de los automóviles también tiene sus platos gourmet, así como también los que se asemejan a un fast food. Y luego están los productos que se mueven entre medio de esos dos extremos, siendo como una hamburguesa artesanal con tomates secos, rúcula, mozzarella de bufa y panes de masa madre tostados.


MINI es una marca que podría representar ese plato, aunque por su origen inglés tal vez se buscaría un paralelismo con el "fish n' chips", pero al estar bajo el paraguas de BMW, el nivel de refinamiento de sus productos ha aumentado de forma considerable. Digamos que ese plato callejero es más representativo de las épocas duras de la marca bajo la égida del finado Grupo Rover.

Sin embargo lo que se había conservado hasta ahora era serle fiel al nombre de la empresa: MINI (así, con mayúsculas para diferenciarse del "Mini" de antes). Pero en un mundo donde los consumidores queremos que todo lo que utilizamos sea más grande, más veloz y mejor, desde la segunda generación del MINI by BMW, el modelo clásico de tres puertas creció mucho.


Pero no fue hasta el surgimiento del primer Countryman (ver prueba) que empezamos a ver lo que hoy es una realidad: los MINI están cada vez más siendo "Macro". Tal es así que al salir la segunda generación del modelo el año pasado, que llegó a Uruguay en abril de este (ver lanzamiento) quedó todavía más de manifiesto: se saltó de un segmento B a un C. Y no era la primera vez, unos meses antes había sucedido lo mismo con la shooting brake de la marca, el Clubman (ver lanzamiento).

Pero yendo con el Countryman actual, hay que decir que comparte muchos elementos mecánicos con el BMW X1, empezando por la plataforma modular UKL2. En comparación con su antecesor es 20 cm más largo, 3 cm más ancho y su distancia entre ejes aumentó en 7,5 cm. Ya tampoco es, según la marca, un crossover. Ahora es un Sport Activity Vehicle, que es la forma en la que los alemanes de Bavaria le llaman a sus SUVs.


A su vez cambiaron los rivales del Countryman. Hoy este producto de MINI tiene un desafío mayor, porque tiene que enfrentarse a los SUVs compactos de marca generalistas de forma tangencial, pero en especial a los equivalentes de marcas premium, como ser Mercedes-Benz GLA, Audi Q2 y Q3, o incluso su hermano alemán, el BMW X1.

Por eso retomando el comienzo de esta reflexión/adelanto de prueba, pensemos en la comida rápida y su filosofía del combo agrandado. ¿Tener más que antes es sinónimo de ser mejor? Los MINI siempre fueron uno de mis platos preferidos, como ya sabrán muchos. Y si ahora además tiene una versión XL, no quedará otra que sentarse a degustarlo. Pero para eso, tendrán que esperar unos días más.


(*) Agradecimiento especial a Martín Ferrario, Coordinador de Bienes Culturales en la Dirección General de Cultura de la Intendencia de Maldonado por permitirme hacer las fotos de este informe en la "Azotea de Haedo" Por más información.