Probamos al Suzuki Ignis: haters gonna hate

martes, 23 de mayo de 2017



Odiado y amado, el Suzuki Ignis será el próximo modelo a ser evaluado en Autoblog.
Durante cuatro días y por más de 700 km nos subimos a uno de los lanzamientos más polémicos del 2017, el Suzuki Ignis. Propietario de un diseño bastante controversial, probamos al nuevo citycar de la marca japonesa a ver si esconde algo más que un estilo original, único y tan odiado por muchos.

Desde que comencé a escribir en Autoblog, aprendí a convivir con los haters. Según Wikipedia son "los usuarios que generalmente desprecian, difaman o critican destructivamente a una persona, a una entidad, a una obra, a un producto o a un concepto en particular, por causas poco racionales o por el mero acto de difamar". Y puedo asegurarles que jamás había tantos de ellos en contra de un auto como pasó hace algunos meses atrás con el Suzuki Ignis y en especial tras su llegada a Uruguay (ver lanzamiento). 

La palabra "feo" fue muy recurrente en esos textos, pero otros elaboraron un poco más sus argumentos de desagrado. "Horrible" y "espantoso" también aparecían por ahí, escondidos en algún salmo de esos que a ustedes les gusta explayarse en escribir y que mi trabajo obliga a leer completos. Después están los clásicos "es un auto de mina", y otros conceptos que parecen sacados de un pergamino del medio evo. Y tan solo tres apelaron a unos inocentes "lindo y simpático". Ya yendo a lo que dijeron en redes sociales como Facebook y Twitter, algunos comentarios son irreproducibles. Reitero: de más de 100 comentarios de la nota solo esos tres fueron los únicos a los que les gustó. 


Perdón, somos cuatro, porque me gusta mucho el diseño del Ignis. Desde que comencé a escribir en este sitio me he cansado de leer críticas a las marcas están haciendo autos parecidos e idénticos entre sí. Ni hablar de empresas que han hecho de su "lenguaje de diseño" una fotocopiadora en 3D, al punto tal que tenemos que mirar dos veces para no confundirnos un auto con otro, pese a que tienen diferentes tamaños o pertenecen a segmentos muy distintos. En esos casos, son las hordas enfurecidas de Internet las que atacan a los diseñadores por ser "poco originales".

En esos casos la crítica puede estar justificada en cierta parte. Es verdad que no se demuestra tener algo nuevo haciendo copias de copias. Pero es válido que una marca quiera que sus autos se reconozcan a cientos de metros entre la multitud. Si uno ve de lejos que viene un Renault, se va a dar cuenta que es un Renault. Lo mismo vale para: Peugeot, Citroën, Volkswagen, Mercedes-Benz, Audi, BMW, Jaguar, Land Rover, MINI, Ford, Nissan, Hyundai, Kia, Mazda, Lamborghini, Maserati, Volvo, Ferrari, Pagani, Alfa Romeo, Chevrolet, Mitsubishi y tantas otras marcas que usan ese recurso: elegir un cierto estilo y replicarlo al infinito.


Suzuki, tal vez junto a Fiat, son de las pocas empresas automotrices que no siguen ese patrón del "family feeling" a rajatablas y tienen una gama de productos con estilos bastante diferentes entre sí. Pero en el caso especial del Ignis en realidad tiene más de un trazo combinado porque busca ser "simple e icónico" a la vez. Y aunque muchos no lo sepan, en realidad es un gran homenaje a cinco productos de la casa nipona unidos bajo un mismo estilo.

Según la marca el diseño del Ignis toma inspiración de los Fronte Coupe (1971) en el pilar C con esas tres marcas y la ventanilla ascendente trasera, las ópticas delanteras del Cervo (1977), el pilar A en color negro del Swift de 2005, y por último, el capot con formato de almeja del Vitara Sidekick del año 1988. Por dentro el tablero tiene las agujas en la mitad de los relojes, al igual que las motocicletas, que dicho sea de paso, también son otra de las industrias que trabaja esta marca.


A su vez, este Ignis actual, porque es la segunda generación del modelo, deriva de un concepto llamado iM-4 Concept  que fuera mostrado en el Salón de Ginebra 2015 (ver nota). En su momento, según la firma intentaba hacerle un homenaje a antiguos modelos de la casa como son los Jimny y la serie LJ de 1970, es decir, a su gama de todoterrenos más pequeños. En otras palabras, todo el producto es un homenaje de Suzuki a su historia.

En Internet se critica por ser demasiado original y por no serlo en absoluto. Por ser demasiado arriesgado o muy conservador. Por tener mucho o poco. Por eso en un mundo donde las copias son tan comunes como aceptadas, y donde la inventiva que toca extremos escasea, productos como el Ignis parecen un oasis de rebeldía en un mar de grises medias tintas. Así que para intentar descubrir si además de ser un imán de haters, es un producto interesante, es que me llevé uno por cuatro días para usarlo. Y les guste o no, será la próxima prueba en Autoblog.