Probamos a la Maserati Levante: encrucijada para puristas

lunes, 2 de enero de 2017



Probamos al primer SUV de la historia de Maserati, la Levante.
Durante 523 kilómetros evaluamos a la última novedad de Maserati a nivel mundial, su primer SUV, la Levante. Probamos al nivel Essence 350 Q4 Essence 3.0 V6 A/T, pero antes de conocer sus características y nuestro análisis, un adelanto que también servirá como plato de entrada al test.

Según la RAE, el purista es una persona que, al hablar o escribir, defiende el mantenimiento de una doctrina, una práctica, una costumbre, etc., en toda su pureza y sin admitir cambios ni concesiones. En el mundo de los automóviles, a esas personas se las conoce también como extremistas, casi al punto de definirse a sí mismos como fanáticos.

Por mi oficio casi que no se me permite tener esas actitudes, así como a los periodistas deportivos se les tiene prohibido declarar de qué equipo son hinchas o a los responsables de política en los medios decir a quién votan en las elecciones. A ese nivel. Pero más de una vez expresé en este espacio mi adoración por Maserati o Alfa Romeo.

Ante la noticia de que ambas marcas iban a presentar este año a sus primeros SUVs, había aumentado mis niveles de italianidad en sangre (los tengo por mi genética materna) de forma negativa. No me seducía mucho ver a Alfa o Maserati convertidas en Porsche, una firma que hace deportivos excelentes, pero con dos SUVs igualmente buenos que se venden mucho mejor.


Ya es sabido que esos dos episodios en la historia de Porsche, es decir, los lanzamientos de Cayenne y Macan, levantaron a hordas de puristas insatisfechos en armas. Sin embargo, el tiempo le dio la razón a la firma alemana y la creación de esos modelos permitió financiar el desarrollo de deportivos como el impresionante 918 Spyder.

Por esos motivos es que dos empresas pequeñas como Maserati o Alfa Romeo precisan de sus Levante (ver lanzamiento) y Stelvio (ver nota) respectivamente. ¿Queremos más años del 4C o que el Alfieri Concept llegue a producción? Perfecto, señores puristas. Recen muchos rosarios y Ave Marías para que se vendan bastante bien esas dos SUVs.


El dilema mayor se da cuando un SUV es tan lógico desde el punto de vista prestacional y de practicidad, que te termina llevando a cuestionar si realmente una berlina como una Giulia o en el caso de Maserati, una Ghibli (ver prueba) es una compra más razonable o no. Es algo que está preocupando a muchos compradores a nivel mundial y no precisamente de productos que pasan holgadamente la barrera de los 100 mil dólares.

Pero volviendo al tema de este adelanto, para saber si alguien como quien escribe, un purista de Maserati, puede salir de esta encrucijada (aunque solo pueda pagar un par de tanques de combustible para una bestia como esta), van a tener que esperar hasta el próximo viernes para leer no solo la evaluación completa, también la que oficiará de apertura de este año 2017.