La #ExperienciaMustang en José Ignacio según Autoblog

martes, 27 de diciembre de 2016



Pasamos dos días manejando nuevamente al Ford Mustang GT. Pero ahora, en Uruguay.
Desde el 21 al 23 de diciembre se realizó en José Ignacio la #ExperienciaMustang organizada por Ford Argentina. Se trató de un evento para comunicadores, así como también para los "social media influencers". Ahí entró el editor de Autoblog, inventando excusas para volver a manejar al Mustang.


(*) Desde José Ignacio (Maldonado) - La semana pasada Autoblog fue invitado por Ford Argentina a formar parte de uno de sus últimos eventos del 2016. Se trató del #ExperienciaMustang desarrollada como una especie de travesía (o road trip) rutera desde Colonia del Sacramento hasta José Ignacio como destino final.

Consistió en dos días de evento, en los que se llegaba desde Buenos Aires vía barco en un convoy de siete Mustang GT (ver prueba) y cinco vehículos de apoyo y logística, un Focus Hatch Titanium (ver lanzamiento) así como cuatro Ranger Limited (ver lanzamiento), de las cuales una quedó en "el garage de Autoblog" para su posterior evaluación. Veamos qué se hizo en cada día.


Acá hay que hacer dos puntalizaciones antes de arrancar con la crónica. La primera es que el Mustang aún no se vende en Uruguay, pero hay intenciones de comenzar a ofrecerlo aunque sea en cantidades limitadas en 2017. Una de las razones por las que fui invitado radicó en haber comenzado hace unos meses atrás una compulsa popular para traerlo a Uruguay (ver nota) que si quieren, pueden seguir firmando. A la gente de Ford Argentina le gustó la idea.

La segunda es que no era una presentación de prensa. Acá se llamó a comunicadores, modelos, fotógrafos, "social media influencers", "trenders", y tantos otros títulos anglosajones que se alejan bastante de ser un "journo" como quien escribe. En esa área entre ser un líder de opinión y un comunicador, aparentemente entra lo que hago y por eso pude asistir a este evento. O tal vez sobraba un lugar y me llamaron para llenarlo. Nunca lo sabré y en todo caso, prefiero vivir con la mentira, ni tampoco me importaría. Cualquier excusa sirve para manejar un Mustang de nuevo, ¿no?


DÍA 1

Por razones de logística mi plan era encontrarlos en su paso por Montevideo una vez que la caravana llegara allí. Sin embargo, por problemas con cierta empresa naviera que cruza el Río de la Plata, la caravana tuvo que partir desde Buenos Aires a Colonia del Sacramento y no de capital a capital como estaba previsto en primera instancia.

Esto hizo que se cambiara el itinerario, llegando por la Ruta 11, Ruta 5 y luego empalmando la 102 (Perimetral) para posteriormente tomar la 101 (Interbalnearia). Allí la idea era que el convoy argentino y el editor charrúa se encontraran a medio camino del trayecto hasta José Ignacio, en Atlántida. La hora pautada de encuentro en la entrada del balneario canario era las 11 am. 


Sin embargo, por ese efecto que tiene en la gente una caravana de siete Mustang por las rutas y pueblos uruguayos, todo se demoró bastante más y el encuentro fue recién a las 13 hs, tras varios kilómetros de gente tocándoles bocina, pidiendo que aceleren a los V8 y gritándole a las Ranger y al Focus que se corran para que no hagan un photobomb a sus imágenes y videos.

Una vez encontrada la "caravana del amor" (como se la bautizó de forma cariñosa), en mi caso fue la "caravana del reencuentro", ya que volví a utilizar el mismo Mustang GT de color blanco, patente AA 477 CJ, con el que pasé casi una semana en Buenos Aires hace un par de meses atrás. Hasta tenía guardado en el sistema multimedia a mi teléfono para conectar el Bluetooth. Fue casi un abrazo digital sincronizado entre dos amigos de juergas pasadas.


Si bien había podido darle duro y parejo a ese mismo Mustang en la pista Owners Club, fue toda una experiencia transitar por las rutas que hago casi mensualmente con otros autos en este producto tan especial. Para la gran mayoría de la gente era como que bajara un plato volador al asfalto, pero con la diferencia de que no era un objeto no identificado, porque al caballito lo ubica hasta el que menos sabe de autos. Más allá de volver a sentir el rugido del V8, es un factor intangible extra generar sonrisas a cada conductor y transeúnte con el que te cruzás. Es algo que dentro de los U$S 95.000 que cuesta en Argentina este modelo, no te lo trafica como un impuesto más. La buena onda que genera va de regalo.

Una vez pasado el Peaje Solís Grande emprendimos camino rumbo a José Ignacio, donde estaba previsto el almuerzo en el famosos parador La Huella. Siendo 21 de diciembre, parecía un 5 de enero al mediodía. Los estacionamientos estaban colapsados, y había mucha gente en la playa un miércoles a las 4 de la tarde. Las pregunta que repicaban en mi cabeza eran: ¿dónde dejamos los Mustang y de qué vive toda esta gente que está asoleándose? Quiero ser como ellos cuando sea grande.


El almuerzo fue casi una merienda, porque llegamos a La Huella bien entrada la tarde. Reitero, este evento fue pensado para disfrutar de los autos, no para seguir un cronograma. Para seguir un plan así, hubiéramos venido en un auto sin alma ni carácter propio. El Mustang es un espíritu libre, por eso sus eventos siguen ese patrón. No tengo ningún drama con eso. Si bien para mi era un día más de trabajo, el plan general era de unas mini-vacaciones (a 3 horas de mi oficina) con celebrities, playas de ensueño, buena comida y un V8 haciendo gárgaras con nafta como banda de sonido de fondo. Todo lo que recomendó mi doctor.

Una vez instalados en el parador, llegaron a las mesas chipirones, entrecot tierno como una manteca, corvina a la parrilla, papas fritas caseras, pizza a la piedra, volcanes de dulce de leche, y limonada fresca para todos. Algunos cambiaron la limonada por una caipirinha, pero los que manejamos nos guardamos el alcohol para la cena en el hotel boutique Casa Suaya, que además sirvió de alojamiento y "centro de operaciones" del evento.


Atravesado el mar de gente saliendo de la playa de José Ignacio, la caravana arrancó por Ruta 10 rumbo a ese hotel, donde pasaríamos el resto de la tarde y noche. Allí también se transmitiría (también pasó el jueves) el programa de radio "Su atención por favor" de la radio Metro 95.1 FM de Buenos Aires, con un especial sobre Uruguay, ya que son un programa de viajes y lifestyle. Todo muy Mustang.

Una vez que los conductores terminaron su transmisión (a eso de las 23 hs) comenzó la cena que contaba con la cantante y modelo argentina Deborah de Corral como anfitriona y cocinera. Las charlas en la mesa, al no ser un evento de autos per sé, estuvieron en torno a la tecnología, las redes sociales, la farándula argentina, los viajes y en mi caso, las series y películas con la comunicadora y publicista argentina Connie Ansaldi. Ella me recomendó que viera "Blindspot" y yo le dije que algún día mire "The Wire". Pero ambos acordamos que "The Sopranos" está despegada del resto.


La noche siguió en un marco perfecto de verano. 21º, casi no había viento, algo poco normal en José Ignacio y uno de los invitados era un guitarrista bastante hábil, que junto a algunas de las damas presentes improvisaron versiones a capela, en una especie de fogón cool y transmitido por el Snapchat o el Facebook Live de cada uno de los "influencers" presentes.

A eso de las 2 am decidimos cerrar la fiesta para dirigirnos a las habitaciones de Casa Suaya y dejarnos encandilar con el cielo estrellado de la costa esteña, la leve brisa pegando contra las acacias del hotel-bosque y acompañados debajo de los balcones por siete Mustang que descansaban sus motores tras el primer día de travesía. Al final sí fue una "caravana del amor".


DÍA 2

A la mañana siguiente algo más de la mitad de los casi 40 participantes de este evento tuvieron que partir a Buenos Aires vía aérea por Punta del Este para seguir con sus vidas y trabajos en la capital argentina. Como no tengo jefes ni rutina bonaerense, me quedé un día más junto a los Mustang en José Ignacio. Hasta el mediodía el plan era libre. Se podía ir a la playa que tenía Casa Suaya cruzando la Ruta 10, disfrutar de una piscina al aire libre, o desayunar a orillas de ella.

En mi caso decidí sentarme a escribir el principio de esta nota, para justificar que me invitaron para que trabaje. Aunque en el fondo la razón para hacer nada de eso fue no mostrar un físico bronceado por los reflejos de una pantalla de computadora y un abdomen generado a fuerza de sanguchitos y canapés. No quería que alguna celebrity se espante por tanto horror estético concentrado en un 1,80 m de humanidad.


Los Mustang en tanto, no se preocupaban por eso. Al mediodía comenzaría la segunda parte del viaje con un almuerzo en el Mostrador Santa Teresita del chef argentino Fernando Trocca, y por ende, el regreso a la ruta para saber lo que cientos de ingenieros consiguieron tras apretar números durante años: sacarte la sonrisa más grande posible una vez que le hundís el pie derecho en el acelerador con todas tus ganas.

Una vez finalizado el almuerzo volvimos hacia Casa Suaya, donde tendríamos que salir de nuevo a la Ruta 10 para hacer algunas tomas aéreas con drones y fotografías en el puente circular de la Laguna Garzón. Si bien había muchas fotos ya hechas, los periodistas siempre le buscaremos excusas para salir a manejar un Mustang y me ofrecí a ser uno de los pilotos. Todo de muy buena voluntad, aunque un par de minutos para jugar con el "Line Lock" hubiera sido un buen incentivo también.


Durante la ida al restaurante de Trocca y luego antes de la sesión de fotos pude charlar con otra celebrity, Florencia Gallo, modelo y conductora de TV. Algunos la ubicarán del programa "Stop and Go" de Fox Sports. Nos habíamos conocido el día antes, pero en la ida hasta José Ignacio fuimos piloto y copiloto (un poco cada uno), charlando sobre nuestros oficios a uno y otro lado del Río de la Plata.

Resultó una gran fanática de los autos (y del Mustang también), al punto tal que cuando nos aburríamos de dar la vuelta en la Ruta 10 para hacer las pasadas por el puente ante los fotógrafos y camarógrafos, ella y yo éramos los únicos que al bajar a la tierra al costado de la carretera, nos animábamos a "sacudirle la cola" al pony. Incluso en una de las veces Flor sacó su mano por la ventanilla haciendo cuernitos rockeros en señal de clara diversión petrolhead. Ídola total.


Finalizada la sesión de fotos, volví en solitario a Casa Suaya por la Ruta 10 poniendo la caja en Sport y jugando con los diferentes tonos vocales del V8 5.0, que me trajo gratos recuerdos de mis horas bajo la lluvia en la pista bonaerense de Owners Club. Para bajar la intensidad de eso, llegué al hotel y crucé a la playa de José Ignacio para descansar un poco bajo el sol y con las olas como banda de sonido. Más tarde mientras la noche empezaba a llegar, se fue preparando la cena final en el hotel boutique.

Luego de un par de días de comida gourmet, de autor y slow, por decisión de Rosario Ariganello, responsable de relaciones públicas de Ford Argentina, se cambió ir a cenar a lejos del hotel por una parrillada "a la uruguaya" en Casa Suaya, con un espíritu Mustang, es decir, fast food: chivitos y choripanes. Más tarde no se repitió la guitarreada del miércoles, producto de una violenta sudestada con granizo incluido (ningún auto quedó dañado) y que pasó por agua la noche, además de dejar lamentablemente daños personales y materiales para varios habitantes del departamento de Maldonado.


DÍA 3

Hora de la despedida del Mustang una vez más. La primera fue Buenos Aires en octubre, la segunda fue en Maldonado y sin dudas, la más dura de las dos. Como dije un poco más arriba, no fue una prueba de manejo hecha y derecha. Esto constaba de una experiencia, tal y como lo decía su nombre. La idea de la convocatoria era jugar con los sentidos, ya sea manejando, comiendo o descansando. La tríada de la felicidad plena a criterio personal.

Luego de haber usado al Mustang en Argentina y en pista, ahora probarlo en las calles y rutas uruguayas, tuvo un gusto todavía más especial. Posiblemente sea la primera y última vez que pueda decir que lo manejé en mi país. Pero ojalá que lo vivido en José Ignacio sea otro puntapié más para que muchos de los que quieran tener a semejante leyenda en su garage, puedan hacerlo próximamente con documento uruguayo también. Aunque no sean social media influencers, pero sí estén listos prontos para juntar likes a cualquier lado que vayan.

















(*) Viaje por invitación de Ford Argentina