Editorial: "Gonchi"

jueves, 16 de abril de 2015



Fuimos a ver el documental sobre "Gonchi" y te contamos qué nos pareció.
El martes 14 Autoblog asistió a la avant-première de "Gonchi", el documental sobre Gonzalo "Gonchi" Rodríguez. Hoy es el estreno comercial en salas de cine, pero nosotros ya te contamos qué nos pareció. Hoy dejamos la butaca izquierda del auto, para sentarnos en la de la sala de cine.

En estos momentos son las 23:28 del martes 14 de abril, y recién llego de la avant-première de "Gonchi". Decidí sentarme a escribir este texto a apenas 20 minutos de haber abandonado la sala del Auditorio del Sodre, donde se realizó el pre estreno, porque las emociones que deja las tengo bien frescas, y creo que para un periodista/escritor, es mejor si el evento a contar es reciente y uno lo tiene a flor de piel.

No voy a dedicarme a hacer un análisis puro y duro desde lo cinematográfico (en mi carrera universitaria he realizado análisis de films, así que podría), pero sería tedioso. Tampoco voy a ponerme a hacer un repaso cronológico de la carrera de "Gonchi", porque creo que más de uno de los que están leyendo esto, la tienen más que clara. Y por último, lo más importante: no pienso contarles nada de lo que sale en la película.


¿Por qué esta última decisión? Porque quiero que vaya a verla. Lo que van a leer a continuación son mis impresiones personales de un documental que si bien cuenta la vida de Gonzalo, creo que muestra algo que ni los reportajes de mis colegas, ni sus hazañas deportivas pudieron mostrar hasta ahora. Y eso es lo que generaba Gonzalo en su entorno, así como en aquellos que en mayor o menor medida, seguimos su carrera en algún punto.

El documental hace un repaso desde lo deportivo porque es primordial para el relato. Pero personalmente creo que la construcción que se logra de Gonzalo como persona, pesa más que mostrar lo que fue como piloto. No estoy desmereciendo esto último, que no se me malinterprete. Doy por sentado que lo era, así como el documental también. Pese a otros ejemplos que hubo históricamente, estoy convencido de que es el piloto que mejor nos representa fuera de fronteras desde hace años. Y lo será por mucho tiempo.


Como eso es algo que varios ya tomamos como un hecho, porque es el lado que más conocimos de Gonzalo al verlo correr, lo que hace el documental es llenar esa parte que las noticias o los análisis deportivos dejan de lado por la vorágine de la agenda periodística. Y es mirarlo como el "amigo", el "hermano", o el "hijo". En otras palabras, cómo era "Gonchi" fuera del paddock y sin mameluco.

Creo que ese es el gran valor del trabajo realizado por Luis Ara y Federico Lemos. Mostrar que además de un piloto intachable, Gonzalo era una persona que no concebía el éxito si no tenía a sus seres queridos a su alrededor para disfrutarlo. Y eso en gran medida, es ser agradecido con la gente que lo quiere y que está ahí para uno en las buenas y en las malas. Él prefería un asado con sus mecánicos que irse de fiesta a una VIP en Mónaco. ¿Cuántos pilotos hacen eso?


Una de las cosas -se muestra en el tráiler, no estoy quemando nada- es que todos los entrevistados del documental remarcan la sonrisa de Gonzalo. Era su segunda firma personal y su tarjeta de presentación. Mucho más que pintarle la cara a varios en la pista. Todo lo hacía con una sonrisa. Ganaba y perdía. Pero él estaba siempre sonriente. No digo que fuera 100% optimista, nadie lo es. Sino que le divertían los desafíos tanto como las cosas que le generaban alegría. Y eso se llama ponerle ganas a lo que se hace.

Escuchar a la gente que lo trató durante años, que formó parte de su carrera desde lo profesional o personal, realmente emociona. Me pasa cuando hablo con mis colegas que lo entrevistaron, o mismo con su hermana "Nani" cada tanto. Logró calar hondo en la vida de mucha más gente de lo que las cámaras mostraban mientras competía. Gonzalo dejó más de una huella en más de un rincón del planeta, y no precisamente de caucho hirviendo.


Eso se ve reflejado en cosas como que para este pre-estreno vinieron personas que conocieron a Gonzalo en Europa, y que lo recibieron allá casi como una segunda familia. Incluso gente viajó desde muy lejos para ver el documental. Los casos más increíble son los de un seguidor que viajó a dedo desde la Patagonia, o el de un siciliano que es uno de los hinchas más rabiosos de "Gonchi" que existen. Incluso más que muchos uruguayos.

Para los que gusten de las películas sobre autos o automovilismo, seguramente buscarán trazar un paralelismo con el documental de Asif Kapadia, "Senna" (ver editorial). Dicho sea de paso, les adelanto que no es comparable con "Gonchi", aunque se puede encontrar una conexión por el opuesto. Y paso a explicar por qué.

Mientras aquella apelaba solo a la rivalidad en la pista de Senna con Prost, casi sacada de un libreto de cine, realmente, "Gonchi" no muestra contrapuntos con nadie. Porque así era Gonzalo, no tenía enemigos. Era un tipo que si bien era competitivo (y tenía "muchos cojones" en la pista como dice Juan Pablo Montoya en el tráiler), también era un luchador afuera de los circuitos, pero desde una postura humilde, compañera, y colaboradora con sus colegas de trabajo.


Pasó durante muchos años lejos de sus seres queridos, y su principal objetivo, además de ganar, era tener a la gente que él amaba a su alrededor para compartir esa felicidad. Ese es un aspecto que en "Senna" no se llega ni siquiera a palpar, por la tensión filosa que se busca generar en el relato en torno a la competencia entre esos dos pilotos, y la frialdad que mostraban Senna y Prost siempre. Mientras en "Senna" vemos una batalla encarnizada de egos, en "Gonchi" vemos una historia 100% humana, entrañable, y cálida.

Tanto Gonzalo como Ayrton fueron -y seguirán siendo- mis dos ídolos de la infancia, ya que los vi correr, pero también vi cómo lamentablemente dejaban este mundo corriendo. A más de uno nos plantaron la semilla de entender a la perseverencia de perseguir un sueño, y esto es lo que rescato en especial de "Gonchi", el ser agradecido con la gente que te ayuda a llegar a eso.


En resumen, aquellos que vayan a verla, lleven un set de pañuelos, porque si bien no es una película sensiblera ni que busca los golpes bajos, no puedo asegurarles que no se les ponga la piel de gallina en más de un pasaje del documental, o incluso, que larguen alguna lágrima sin avisar. En mi caso pasaron ambas cosas. Fue inevitable, y cada vez que miro el tráiler me vuelve a pasar lo mismo. El documental son 95 minutos de emociones constantes de todo tipo y color.

Remarco que el principal objetivo, a mi entender, es que cada uno de sus espectadores se lleve grabados los valores de "Gonchi" tanto adentro como fuera de la pista, y demostrar también que por encima de un gran piloto, también tuvo a su alrededor un entorno de familia y amistades que servía como el combustible para que él lo fuera cada vez que se calzaba el casco y el mameluco.

Se estrena hoy, y honestamente, no se la pueden perder. (salas donde se podrá ver).

Imágenes: prensa "Gonchi"
Foto final: Sutton Images

Video: GONCHI, la película - Tráiler oficial (HD)