Probamos al Renault Sandero Stepway: la receta del éxito

viernes, 2 de enero de 2015



Nos subimos a la segunda generación del Renault Sandero Stepway.
Hace algunos días atrás estuvimos evaluando a la segunda generación del Renault Sandero Stepway. Con la misma esencia de siempre, el producto del rombo se renovó estéticamente y mejoró en calidad, pero mantiene los elementos que lo hacen uno de los modelos más exitosos de la marca.


Este adelanto de prueba iba a ser otro. Durante los cuatro días que conviví con el nuevo Stepway sufrí a más de una persona diciéndole "la Sandero", por aquello de que "se parece a una camionetita" y a eso sumarle que más de uno lo considera un SUV, cosa que no es ni por asomo.

Como personalmente es una batalla perdida, y seré uno de los pocos que seguirá llamándole "el Sandero Stepway", decidí cambiar este texto por algo un poco más relevante que el género de un producto que, irónicamente, busca ser más masculino que femenino. Sin embargo le siguen diciendo "la".


El Stepway es como una "gallina de los huevos de oro" para Renault en la región. En nuestro país la marca está comercializando un promedio de 75-80 unidades mensuales, mientras que las ventas dentro del propio modelo se reparten en un porcentaje bastante peculiar, con 15% para la versión entrada de gama (Expression) y un 85% del tope de gama como el evaluado por Autoblog (Privilège).

¿Pero cuál es la receta para que este modelo se venda más que el Sandero convencional? Muy sencillo: su concepción aventurera. Con casi 20 cm despeje y un chapón para el cárter, este segmento B se puede meter por caminos de tierra/barro o arena sin chsitar, todos lugares por donde un usuario del Sandero normal no podría animarse a pasar. Primera ventaja, más en Uruguay, donde las calles y caminos secundarios podrían protagonizar un documental/homenaje sobre la red vial de Kabul.


No está a un nivel de capacidades off-road como un Duster, pero el Stepway ofrece algo que el SUV chico del rombo no puede darle a sus clientes: un tamaño realmente compacto. Apenas roza los 4 metros de largo, mientras un Duster ya acaricia los 4,40 metros. Segunda ventaja, es más ideal para usar en ciudad. Parece un SUV, pero sigue siendo un hatchback de segmento B con todas las letras, aunque esté a 20 cm del suelo.

Y el tercer ingrediente de la receta del éxito es su espacio interior. Si bien no muchos uruguayos ven al Sandero convencional como una gran opción para los que busquen un modelo chico por fuera y enorme por dentro, sí lo hacen con el Stepway, porque suma puntos gracias a los dos argumentos previos.


Entonces tenemos un combo que le atrae más al uruguayo promedio que el asado en oferta: buen aspecto exterior, posibilidad de circular por cualquier lado y sentado alto, y además, que por dentro sea enorme y espacioso. 

A esto me permito sumarle un cuarto punto que muy pocas personas ven, el conjunto mecánico. Mientras en Brasil, donde se produce el Sandero Stepway, este modelo lleva el impulsor 1.6 8 válvulas K7M de 85 cv, en nuestro país solo se ofrece con el K4M de 1.6 litros, 16 válvulas y 112 cv de potencia. Para muchos consumidores el código "K4M" es sinónimo de confianza.


El motor es uno de los más longevos dentro de la gama Renault -vamos, que de moderno no tiene nada, ya que data de los años 90-, pero también uno de los mejores 1.6 más probados y robustos que se pueden comprar por menos de 30 mil dólares.

Podrá gustarte o no, podrás decir que es un Sandero levantado, o incluso insistirás en decirle "la Sandero", pero si salís a la calle, seguro ves más Stepway que cualquier otro modelo de Renault. Y eso es la receta del éxito, que tu producto sea de los preferidos del público. La semana que viene, la prueba completa.